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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteLas Tunas, 4 ene.- La habitual vehemencia con que trabajaron médicos y enfermeras, más una apreciable tecnología y el buen desempeño de la red de genética, fueron determinantes para que en el 2020 Las Tunas registrara una tasa de mortalidad infantil de 3,8 fallecidos por cada mil nacidos vivos, por debajo de la media nacional que fue de 4,9.

El trabajo en la genética evidenció eficiencia al mostrar un alto nivel en el diagnóstico , lo que redujo el índice de malformaciones congénitas en relación con otras etapas, significó la doctora Osmara López Borrero, quien atiende el programa materno infantil en la Dirección provincial de Salud, citada por 26 Digital.

La especialista destacó la labor emprendida en los municipios de Manatí y Majibacoa, que terminaron con cero mortalidad infantil en el recién finalizado calendario, hecho que también fue reconocido nacionalmente.

Distinguió además la ocupación de los colectivos en la atención primaria y en las distintas instituciones de salud para enfrentar las amenazas de la Covid-19, gracias a lo cual no se reportaron niños ni embarazadas fallecidos por esta enfermedad.

Las proyecciones de Las Tunas para el nuevo año conciben mayor control del riesgo preconcepcional y de las enfermedades maternas para garantizar el desarrollo saludable durante la gestación; así como también la reducción del parto pretérmino y el retardo del crecimiento uterino, explicó la doctora López Borrero. (Cadenagramonte)