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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteLa Habana, 7 jul.- Un total de 94 embalses incrementaron los volúmenes de agua tras el paso de la tormenta tropical Elsa por Cuba, lo que sitúa en mejores condiciones al servicio de abasto de agua en medio de la sequía que afronta el país.

En el espacio radio-televisivo Mesa Redonda, Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, señaló que los mayores incrementos se reportaron en las provincias de Sancti Spiritus, con 52.70 millones de metros cúbicos, Santiago de Cuba, con 18.87 millones, y Matanzas con 16.71 millones.

Sobre el comportamiento del llenado de los embalses, dijo que los mayores beneficiados fueron el Zaza, Cidra y Hanabanilla (en las regiones occidental y central); en tanto 50 embalses superan el 95 por ciento de su capacidad de llenado, de ellos 33 vierten agua.

Explicó que son seis las provincias que tienen limitaciones en el servicio de abasto de agua por el impacto de Elsa, con más de 101 mil habitantes afectados.

Detalló que en Mayabeque y Matanzas la afectación radica en 49 estaciones de bombeo por falta de fluido eléctrico; mientras en Cienfuegos, Villa Clara y Granma el servicio se mantiene interrumpido por la evacuación de equipos de bombeo como medida de precaución.

El saneamiento en 256 kilómetros de zanjas, ríos y arroyos, la limpieza de más de cuatro mil tragantes pluviales y de dos mil 300 registros sanitarios, destacaron entre las acciones preventivas que se ejecutaron ante la llegada de evento hidrometeorológico.

Rodríguez Rodríguez informó que las lluvias asociadas a Elsa dejaron acumulados mayores a 300 milímetros en las localidades de Pedro Betancourt, Unión de Reyes y Torriente en Matanzas, y Cuatro Vientos y Naranjo, ambas en Cienfuegos.

El presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos refirió que en el caso de La Habana, se esperaban obtener mayores registros por las precipitaciones de Elsa, sin embargo solo la fuente de abasto Cuenca Sur mantiene condiciones favorables, lo que obliga a los capitalinos a hacer un uso racional del preciado líquido. (Cadenagramonte)