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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteLa Paz, 19 ene.- El doctor cubano en Ciencias Médicas Jorge González rememoró aquí el trabajo realizado para encontrar los restos de Ernesto Che Guevara y sus compañeros en la guerrilla de Bolivia, de 1995 a 1997.

El experto forense, antiguo director del Instituto de Medicina Legal de La Habana, explicó este viernes, ante los miembros de la embajada y periodistas de la nación caribeña en este país todo el proceso de trabajo, organización y desarrollo de la búsqueda.

En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, recordó que uno de los momentos más tensos de esa etapa fue durante las excavaciones en el lugar de los hechos, por la premura y la presión de autoridades de este país y agentes externos para obtener resultados.

“Nos quedaba poco tiempo, pues nos habían dado un plazo de diez días para llegar al final del entierro, pero teníamos una preparación, habíamos hecho un estudio serio, científico, un trabajo colectivo, y teníamos la certeza que los restos debían estar allí”, expresó.

En su opinión, “el momento más tenso fue cuando nos comunicaron la noche del 27 de enero que nos quedaban dos días para encontrar los restos”.

Sin embargo, el momento más emotivo fue al día siguiente en la mañana, “cuando vimos el primer elemento del entierro, porque ya sabíamos que independientemente de lo que pasara, cuando encontráramos al Che podíamos seguir adelante con la búsqueda”.

En ese proceso encontraron los cadáveres de 31 de los 36 guerrilleros que habían sido enterrados en Valle Grande, en el departamento de Santa Cruz.

González se refirió también a la emoción que sintió al llegar a la mayor de las Antillas con los restos del Guerrillero Heroico, y principalmente a la ciudad de Santa Clara, donde en la actualidad descansa el luchador cubano-argentino.

“La emoción más grande fue cuando estuvimos en Santa Clara, y vimos a ese pueblo entero allí, el silencio que había en la plaza y el discurso del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, quien se refirió a los guerrilleros como el destacamento de refuerzo”, recordó el también profesor de Ciencias Médicas.

A finales de noviembre de 1995, González escuchó en el programa cubano Haciendo Radio, de Radio Rebelde, que un general boliviano retirado, Mario Vargas Salinas, había declarado que los restos del mártir estaban enterrados en una pista aérea de Vallegrande, en Santa Cruz.

Ese día comenzó el proceso de investigación y preparación para el trabajo de búsqueda y rescate de los restos del Che, y concluyó en la mañana del 28 de junio de 1997, en la fosa número nueve, de Valle Grande, donde se produjo el hallazgo de la primera osamenta.

Al exhumar los cadáveres, fueron trasladados hacia el hospital Japonés de Santa Cruz de la Sierra y en siete días esclarecieron la identidad de cada uno. En La Habana también se realizaron estudios de ADN al Che.

El grupo de científicos cubanos que encontraron los restos retomaron una frase del Poeta Nacional de ese país, Nicolás Guillén, quien dijera en sus versos: “... y no porque te quemen, te disimulen bajo tierra (...), van a impedir que te encontremos”. (Cadenagramonte)