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Un día como hoy pero del año 1894 nace uno de los hombres más reconocidos dentro el mundo de la música cubana: Miguel Matamoros.

Matamoros poseía una intuición natural y vigorosa, que le permitió sintetizar creativamente acentuaciones y ritmos afros adaptados con romances y cantares antiguos hispanos, algo que muchos llamaron “Marcha matamorina” y que se expresó en una de sus formas novedosas con la aparición del Bolero-Son del cual el más famoso es Lágrimas Negras.
Este singular hombre, hijo de una lavandera y abandonado del padre apenas estudió primaria, pero tenía una cultura sorprendente que él sostenía la había adquirido a través de conversaciones con muchas personas mayores.
Miguel Matamoros ensayó bastantes profesiones antes de casarse con la música: mensajero, pintor de casas, carpintero, aserrador, obrero agrícola, destilador de fábrica de ron, reparador de líneas, chofer de familia y de empresas, y en su infancia sacristán ,ya que ingeniosamente le buscaba la rima a las prédicas del sacerdote celebrante.
Su ingeniosa síntesis demostrada en muchas ocasiones dio mucho de qué hablar cuando Matamoros pues son recurrentes y su intención contradictoria y textual planteada entre : optimismo, pesimismo, seriedad y picardía, depresión y esperanza.
Cuando murió el 5 de Abril de 1971, Matamoros había dejado más de 200 obras famosas y grabadas. Sin embargo hay algunas que se mantienen vigentes y dejan registros de nuevas versiones incluso con premios internacionales : Lágrimas negras, (Bebo Valdés y Diego el Cigala), y Yerbabuena (Cuba), Son de la Loma, (Emiliano Salvador y Pablo Milanés), Olvido (Rolo Martínez ), El que Siembra su Maíz, (Las Perlas del Son), El Paralítico y Camarones y Mamoncillos (Adalberto Alvarez) y Olvido y Reclamo Místico por Armando Garzón.
Casi ciego, Miguel fallece en 1971, No obstante en Iberoamérica su música persiste en composiciones, discos y algunos videos y películas inolvidables.