Paquetes de casabe.Sierra de Cubitas, 24 jun.- Desde la comunidad primitiva en nuestra Isla se confecciona un producto a base de harina de yuca que ha servido de alimento a muchas generaciones, unas veces por necesidad otras por satisfacer el paladar y otras por continuar las tradiciones como es el caso de los pobladores de Pozo de Vilató.
En la zona, algunas familias mantienen la costumbre de confeccionar el casabe, aunque es válido destacar que este es uno de los tesoros guardados en Pozo de Vilató que se esfuma lentamente y corre el riesgo de desaparecer con el paso el tiempo.
Sobre el inicio de la producción del casabe, se conoce que las familias subsistían con la venta de ese producto en la ciudad de Camagüey llevado por los senderos de la sierra a través del Paso de los Paredones en caballos equipados con serones tras duras jornadas de trabajo en las que tenían que reducir la yuca a polvo manualmente mediante el empleo de guayos.
Con el transcurso del tiempo y los adelantos propios del desarrollo se ha ido avanzando en algunos pasos del proceso -como el rallado y la limpieza de la yuca que se hacía manualmente y en la actualidad se realiza mediante la aplicación de la ciencia.
La confección del casabe es una dura tarea. Todo comienza en el campo con la cosecha de la yuca que se lleva a la casabería y se le elimina toda la corteza mediante un movimiento rotatorio de una máquina eléctrica que facilita la fricción en el proceso de lavado en canoas con agua.
Luego se raya con los guayos mencionados anteriormente donde se obtiene una pasta llamada catibía que se envasa en una especie de funda confeccionada con sacos de yute que son prensados para eliminar toda el agua en un tiempo aproximado de diez horas obteniendo una harina húmeda que es rayada una vez más y después colada para deshacer los grumos y eliminar restos de corteza.
En el momento de la cocción, la harina es vertida en un molde con aspecto de aro sobre una plancha de hierro que forma la parte suprior del burén, especie de horno que es calentado con leña seca. Posteriormente se hacen pilas que son envasadas en catauros de yagua hasta llevar el producto al consumo de la población.
El casabe se consume tradicionalmente tostado, con mayonesa, dulces, mermeladas; mojado con agua de sal acompañado de potajes y salsas o mojado en una especie de caldo confeccionado con subproductos de cerdo, esta última práctica, arraigada en los festejos de fin de año.
La tradición de la confección del casabe lastimosamente presenta un decrecimiento causado, entre otras cosas, por lo trabajoso de su elaboración y la disminución de su consumo tal vez por el desconocimiento de las formas en que se puede degustar un producto que sabe a tradición.
Productor quemando casabe.
Proceso de apilar.
