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Foto: ArchivoFoto: ArchivoJulio 2018.- El tiempo transcurre y la historia local de pequeños lugares insignificantes para unos y muy importantes para otros se escapa en el recuerdo de quienes se van de este mundo o queda anónima en la memoria de los más longevos. Un ejemplo de ello se evidencia en Pozo de Vilató, localidad ubicada en la Sierra de Cubitas al norte de Camagüey.

Muchos hechos son desconocidos por varias generaciones nacidas entre los últimos 50 años tal vez a causa de la carencia de investigaciones profundas bien fundamentadas por historiadores. Lo cierto es que las fuentes fieles se agotan, pues los que mueren se retiran llevándose consigo una estela de anécdotas que tal vez han creído en algún momento que carecen de valor.

Poco se conoce acerca de las raíces rebeldes de los moradores de la comunidad tal vez heredadas de sus antepasados que seguramente apoyaron a los mambises alzados en este territorio que reunía las condiciones como excelente refugio y que fueron utilizadas por las tropas rebeldes convirtiendo a la zona en uno de los primeros escenarios de la organización del Movimiento 26 de Julio en la parte norte de Camagüey, cuando   a poca distancia del Poblado de Vilató instaló campamento en Yabunal la columna 11 al mando del capitán Orlando Orozco, llegándose a convertir aquella vertiente de la sierra en el Frente guerrillero Camagüey.

Fue esta la oportunidad que llegó a los pobladores para contribuir directamente con la llegada de la luz victoriosa de la Revolución cubana y comienza a despuntar una ola de personajes clandestinos que apoyaron directamente al movimiento, como es el caso de Antonio Nápoles que sirvió de guía a las tropas del capitán Orosco o de Carlos Alfonso, quien sirvió de aguatero y en una ocasión en la que se dirigía hacia el campamento fue sorprendido por soldados de la tiranía batistiana y salvado por casualidad por una campesina que hizo creer a las tropas que el agua era para su casa.

Otros muchos quedan lentamente en el anonimato como los hermanos Bautista, Marino, Eutaquio y Valeriano Umpierre que trasladaban armas en las gomas de repuesto como en el centro de los cargamentos de carbón.

Prácticamente nulo es el conocimiento sobre un bombardeo en la zona de Vilató conocida como Ocujal, producido cuando las tropas rebeldes se adueñaron de la Sierra de Cubitas, específicamente con el grupo de teniente Arnaldo Pernas Luciano situado hacia Cocina Alta, sobre el Paso de Lesca liberando ese territorio días antes de que el 1ro de enero de 1959 Cuba se declarara Primer territorio libre de América.

Así errante entre los senderos de la sierra se van esfumando historias y tradiciones como estas de un poblado que con el paso de los años dejará sus tesoros enterrados junto a los cuerpos inertes de quienes acaudalaron sus anécdotas con la esperanza de que un día despertaran el interés de quienes las rescatarán del olvido.