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Foto: CadeagramonteFoto: CadeagramonteLa Habana, 21 mar.- A dos décadas de su partida física, Dora Alonso sobrevive al paso del tiempo y su vasta obra literaria mantiene hoy vigencia entre aquellos que crecieron acompañados por los personajes de esta escritora cubana.

Alonso sigue presente en el imaginario popular y sus novelas, cuentos, poemas, obras de teatro y artículos periodísticos conforman la prolífica carrera de la autora para niños de la isla más traducida y publicada en el extranjero.

Nacida en la occidental ciudad de Matanzas, en 1910, la Premio Nacional de Literatura (1988) legó una valiosa narrativa con “joyas” como Tierra inerme, El valle de la pájara pinta, El cochero azul, Palomar, Aventuras de Guille en busca de la gaviota negra, Cocorioco, El caballito enano, El libro de Camilín, Gente de mar, Letras, Once caballos y Sol de batey.

A pesar de los 19 años transcurridos desde su fallecimiento (21 de marzo de 2001), estas obras suscitan emociones y revelan mundos fantásticos dentro de una narrativa clara, directa e identitaria, fiel reflejo de la realidad de la nación caribeña, en especial las costumbres del campesinado.

Galardonada con el Premio Casa de las Américas en dos ocasiones, posee un espacio protagónico en los libros de texto de la enseñanza Primaria en Cuba, sus cuentos forman parte esencial en el proceso de alfabetización, uno de los derechos que defendió y apoyó desde los inicios de la Revolución.

Igualmente, ostenta una prolífica obra poética con títulos como El grillo caminante, Escrito en el verano, La flauta de chocolate, Los payasos, Palomar, Suma y Viaje al Sol, así como diversas piezas para teatro como Doñita Abeja y Doñita Bella, Espantajo y los pájaros, y Pelusín del Monte, considerado el Títere Nacional, entre otras.

Merecedora de la Distinción por la Cultura Nacional (1981), escribió unas 15 novelas radiales para adultos, las cuales llegaron a ser transmitidas en emisoras de Puerto Rico, Panamá, El Salvador, México, Nicaragua, Colombia, Brasil y Venezuela.

Con una labor periodística destacada, tuvo a su cargo entrevistas a relevantes personalidades de la Cultura internacional, como el poeta Pablo Neruda, y fue corresponsal de guerra durante el ataque a Playa Girón (17-19 de abril de 1961) y durante la Crisis de Octubre (1962).

Enamorada del Valle de Viñales (Pinar del Río), donde sus cenizas forman parte de la geografía, Dora Alonso dejó para las generaciones de hoy no solo palabras, sino recuerdos, la oportunidad de volver a la niñez, revivir la primera función de títeres, escuchar esas radionovelas en compañía de los abuelos o estremecerse con alguno de sus versos. (Cadenagramonte)