Educación
Al reiniciar las actividades docentes tras el receso por el fin de año en Cuba, 120 hijos de madres trabajadoras disfrutarán las bondades del nuevo círculo infantil construido en este poblado del municipio de Jiguaní.
Con un costo de 19 millones de pesos, la obra comenzó a edificarse en el mes de noviembre de 2021 y, pese a la compleja situación económica del país, continuó siendo una prioridad, subrayó su directora María Julia Lastres.
Precisó que, ejecutada por la filial provincial del Fondo Cubano de Bienes Culturales y el artista Joaquín Rosales, la institución educativa es la tercera de su tipo en la localidad y la número 40 en el oriental territorio.
"Sueños Infantiles" es el nombre del centro que ahora da respuesta a viejos planteamientos de la población, y en el cual laboraremos a favor de una estancia feliz y el mayor desarrollo posible de nuestros pequeños, con un total de 44 trabajadores, 25 de ellos docentes, señaló.
Cristina Montero, educadora musical con 34 años de experiencia, destacó el beneficio para los niños y sus padres, quienes anteriormente no tenían capacidades, o debían viajar desde las comunidades de Santa Rita y Cautillo hasta un círculo infantil en la cabecera municipal.
Justamente entre los favorecidos, la joven Inés María Villegas dijo sentirse muy contenta y agradecida.
Madre de dos pequeños de segundo y cuarto año de vida, ella trabaja en la ciudad de Bayamo y se había visto en la necesidad de solicitar una licencia sin sueldo, por tres meses, al no tener quien cuidara de sus hijos, agregó.
Tras presidir la inauguración del centro, el pasado 29 de diciembre, como parte de las actividades en saludo al aniversario 65 del triunfo de la Revolución, la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba en Granma, Yudelkis Ortiz Barceló resaltó el infinito amor intrínseco a la labor de enseñar.
Exhortó a educadoras y colectivo en general a mantener, cuidar y mejorar cada día la obra, evidencia de la voluntad y prioridad que el Estado confiere al importante sector social, por encima de obstáculos y carencias.
(ACN)
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«Soy de pocas palabras», dice, tal vez sin darse cuenta de que detrás de la frase le brota la humildad, una cualidad que ha cultivado en sus 20 años de existencia.
Esa supuesta cortedad para el verbo no le ha impedido impartir clases a los niños, hablarles de colores, dibujos, modales y palabras mágicas.
Ella se llama Dailin Carrazana Arévalo y vive entre lomas, específicamente en Pueblo Nuevo, un caserío de la Sierra Maestra, donde ha enorgullecido a sus padres, Reyna y Eberto, porque la han visto crecer como educadora, a pesar de que apenas lleva año y medio en la profesión.
«Siempre es un reto, y más para alguien joven», reconoce mientras acomoda unas láminas pintadas con diversos animales, que la ayudan a enseñar a 25 pequeños de prescolar en la escuela Félix Varela Morales, ubicada en la cabecera municipal de Guisa.
Su vida ha estado conectada a la cooperativa Oscar Martínez, dedicada a la cosecha del café, de manera que no resulta extraño verla con un morral al hombro ayudando a sus progenitores, quienes están asociados a esa entidad productiva.
«Yo les doy una mano cada vez que puedo», expresa mientras posa su vista en las serranías, que siempre le transmiten paz, aunque admite que no siempre es fácil el diarismo en la montaña.
A ella se le enciende el orgullo por haberle dado las primeras lecciones a una niña autista, una experiencia que jamás imaginó y que la ha enamorado más del magisterio.
«No fue fácil, al principio pensé que no podía, pero con las orientaciones de otros maestros y mi paciencia he logrado ver un resultado que me pone muy contenta», remarca.
Sobre esas vivencias, sus días de estudiante en la escuela pedagógica Rubén Bravo y otras escenas, Dailin podrá hablar el próximo año en el 12mo. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, una cita a la asistirá con la sana presunción de saberse la primera delegada directa de Granma.
«La verdad es que me tomó por sorpresa esta elección, no me la esperaba. Hay varios militantes muy buenos en mi comité de base. Lo importante ahora es tratar de aportar», expone, para luego concluir que en la capital cubana podrá hablar, con su acento campesino, de cuentos infantiles, trabajo, verdes y alturas que no caben en estas letras.
(JR)
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