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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteLa Habana, 1ro sep.- Debe cesar la instrumentalización del Consejo de Seguridad como una herramienta de presión política contra Estados soberanos, expresó Ana Silvia Rodríguez Abascal, representante permanente alterna y encargada de Negocios a.i de Cuba ante las Naciones Unidas.

Durante su intervención, la embajadora agradeció por su delegación la convocatoria a la reunión para analizar el Informe Anual del Consejo de Seguridad a la Asamblea General en el 2019.

Una vez más el documento anual de un órgano tan relevante en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, es una mera reseña descriptiva de las reuniones, actividades y decisiones del Consejo de Seguridad, cuando la gran mayoría de los Estados miembros de la ONU ha cuestionado que este sea un ejercicio meramente formal y acrítico, expresó.

Demandó Rodríguez la necesidad de un informe exhaustivo y analítico, que permita evaluar las causas e implicaciones de sus decisiones.

Insistió en el carácter inadmisible del caso omiso que realiza el órgano ante las violaciones de sus propias resoluciones, en particular la 2334 (2016), mientras Israel consolida su política de expansión de los asentamientos ilegales en territorio palestino ocupado y amenazó con anexar los territorios palestinos del Valle del Jordán y otras partes de Cisjordania y de Jerusalén Oriental.

Consideró que una mayor transparencia en las labores del Consejo de Seguridad contribuirá a un efectivo ejercicio de la responsabilidad colectiva.

Reiteró el apoyo a una reforma integral del Consejo de Seguridad, incluyendo sus métodos de trabajo, para hacer de este un órgano transparente, democrático y representativo, ajustado a la evolución de las Naciones Unidas y de las relaciones internacionales.

Rechazó, además, la manipulación selectiva de los métodos y prácticas del Consejo en función de agendas políticas y de dominación, en particular la injerencia en asuntos fuera de su competencia.

Igualmente, manifestó la necesidad de un Consejo reformado, democrático, transparente y eficiente, que represente los intereses de todos los Estados miembros de la Organización, para preservar el multilateralismo, la credibilidad y legitimidad de las Naciones Unidas a largo plazo. (Cadenagramonte)