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Foto: PLFoto: PLLa Habana, 17 mar.- El domingo 18 de marzo de 1923 un grupo de jóvenes cubanos protestó ante la corrupción del gobierno de Alfredo Zayas y articuló por primera vez la expresión política de la intelectualidad en la isla.

De acuerdo con investigaciones históricas y publicaciones de la época, pasadas las cuatro de la tarde 15 muchachos, sin definición política ni rumbo ideológico todavía, entraron al salón de actos de la Academia de Ciencias de Cuba, sito en La Habana, para asistir a un homenaje a la educadora uruguaya Paulina Luissi.

En la ceremonia, organizada por el Club Femenino de Cuba, hablaría el Secretario de Justicia del actual gobierno, Erasmo Regüeiferos, quien había refrendado un decreto presidencial para realizar un 'negocio repelente y torpe' sobre la compra del Convento de Santa Clara de Asís.

El líder del grupo, Rubén Martínez Villena, utilizó esas palabras para describir la adquisición de un inmueble que sufragó el Estado a un precio exorbitante de más de dos millones de pesos que permitirían al presidente Zayas quedarse con una parte del dinero.

Tras interrumpir el acto junto a sus compañeros, Villena usó la palabra para denunciar ese hecho que describió como corrupto y luego todos se retiraron del local en afrenta a Regüeiferos.

Al día siguiente, el diario El Heraldo de Cuba publicó un manifiesto firmado por 13 jóvenes, participantes en el acontecimiento, que anunció el inicio de un movimiento de reacción contra la corrupción de los gobernantes.

'La juventud consciente, sin ánimo perturbador ni más programa que lo que estima el cumplimiento de un deber, está dispuesta en lo sucesivo a adoptar idéntica actitud de protesta en todo acto en el que tome parte directa o indirecta una personalidad tachable de falta de patriotismo o de decoro ciudadano', expone el documento.

Según Martínez Villena, este acto 'dio una fórmula de sanción y actividad revolucionaria a los intelectuales cubanos'.

Asimismo, la acción propició la creación de la Falange de Acción Cubana (abril de 1923) que conformaron además del joven líder, Juan Marinello, José Zacarías Tallet, Emilio Roig de Leuchsenring (después primer historiador de la ciudad de La Habana), entre otros.

En opinión de expertos, esa entidad articuló a la intelectualidad que repudió la corrupción administrativa y política del gobierno de Alfredo Zayas.

Marinello escribió sobre la protesta que fue 'la primera expresión política de nuestros intelectuales, como grupo definido'.

El historiador Ramiro Guerra aseguró que hasta ese momento 'habíamos dispuesto en nuestros juicios de una escalada de valores seudocoloniales a base de convencionalismo, de respeto, de cobardía frente a lo insincero y falso'.

Posteriormente, a través de sus versos en la obra Mensaje Lírico Civil, Villena expresó: 'Hace falta una carga para matar bribones,/ para vengar los muertos, que padecen ultraje/ para limpiar la costra tenaz del coloniaje/ (...) para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos/ la Patria que los padres le ganaron de pie'. (Prensa Latina)