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La Habana, 11 mar.- Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, alertó en la capital, sobre el desfavorable impacto que como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania podría tener, para naciones como Cuba, el incremento de los precios de un grupo de alimentos y productos esenciales que importa.

Al resumir la reunión de trabajo del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP), en la que se evaluaron los resultados del 2021 y se trazaron las proyecciones correspondientes al 2022, Gil Fernández señaló cómo en el mercado mundial se han disparado sustancialmente el valor del barril de petróleo y de la tonelada de aceite, de las harinas de trigo y de soya, entre otros, incluyendo el flete de barcos.


Pero el abordaje del precio internacional, inflacionario, que parece no tener fin y sí una tendencia a mayores complicaciones, tenemos que enfrentarlo sin lamentaciones y concentrándonos en soluciones socialistas, administrativas y justas, dijo en presencia de Joel Queipo Ruiz, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y de varias ministras.

Destacó que pese a complejizarse aún más el escenario actual la Revolución seguirá protegiendo a la población, en especial a las personas y comunidades vulnerables, con vistas a que también salgan de ese estado.

Señaló como otro reto del MFP lograr un sistema racional y transparente de precios, en el que la descentralización de estos no conduzca al libre albedrío ni a que tampoco se descuide el necesario control, más aún en un país con restricciones económicas y un mercado de oferta y demanda que debemos reconocer procurando a su vez encauzarlo en función de los intereses de la sociedad, acotó.

Llamó a innovar y aplicar ciencia en materia de precios, teniendo en cuenta las condiciones de Cuba, una nación cuya economía no es de mercado y en la que cada día surgen nuevos actores económicos, por lo cual a ese pueblo que exige al gobierno un mayor control de los precios debemos explicarle bien fenómenos como la inflación y cómo enfrentarlos.

Insistió en la atención diferenciada a los vulnerables, por lo que recordó el propósito de transitar del subsidio de productos al de estas personas, tarea nada fácil y que deben asumir los organismos globales, manifestó, ante las titulares Meisi Bolaños Weiss, del MFP; Marta Elena Feitó, de Trabajo y Seguridad Social, y Marta Sabina Wilson González, del Banco Central de Cuba.

El vice primer ministro subrayó que el presupuesto no puede asumir gastos de empresas y unidades presupuestadas con plantillas infladas o sub empleo de su fuerza laboral, aunque aclaró que no en todas esas 500 entidades con pérdidas en el 2021 se debió a ineficiencias en sus planes, sino a que los precios de sus bienes o servicios estuvieron por debajo de las materias primas o insumos adquiridos.

Expresó que hay que trabajar por garantizar la sostenibilidad fiscal y a la vez mantener los programas sociales, y llamó a administrar eficientemente las finanzas del pueblo, a fortalecer la contabilidad y a identificar bien las facultades o competencias de los territorios en cuanto al uso del presupuesto, a establecer prioridades sociales pues, por ejemplo, va primero la ejecución o reparación de un hospital que la de un bulevar.

La ministra Meisi Bolaños explicó que en el 2021 hubo que ejecutar un presupuesto reconvertido a las escalas del nuevo escenario económico y financiero, sin precedentes y experiencias, y aplicar medidas extraordinarias ante la contracción de los ingresos como consecuencia del impacto de la COVID-19 y del recrudecido bloqueo norteamericano, que condujeron a desembolsar unos 17 mil millones de pesos para gastos.

Recordó que a su vez se implementaron las decisiones de precios aprobadas para la Tarea Ordenamiento, con las correcciones y ajustes necesarios, y se trabajó en la ejecución de las medidas previstas en la Estrategia Económica y Social y en el fortalecimiento de la Contabilidad. (ACN)