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La empresa avileña Cepil lleva dos años consecutivos recibiendo la condición de Vanguardia Nacional, y más de 60 trabajando contra viento y marea.

«Los principales logros de Cepil son mantenerse cumpliendo todos sus planes, no dejar trabajadores interruptos, tener garantía salarial para todos, aplicando la economía circular, porque hace más de tres años que no recibimos materia prima importada. Hoy en mi país se habla mucho de la economía circular y ya hace más de tres años que nosotros la venimos desarrollando, pues usamos la materia prima que tienen otros organismos que transforman el plástico en Ciego de Ávila, a los cuales nos encadenamos», expresó Oscar Morales Jiménez, quien dirige un colectivo que, donde otros verían imposibles, encuentra oportunidades:

«Cepil está concebido para tres turnos de trabajo. A raíz del tema de la energía eléctrica, tuvimos que llevar a dos turnos, porque no podemos trabajar dentro del horario pico, entonces con ese personal, en vez de lanzarlo para la calle, lo que hicimos fue crear una brigada de recuperación que se encarga de transformar, por ejemplo, los sacos que antes iban a dar al basurero, que ni materia prima los recogía porque no se degradan, hoy nosotros los convertimos en materia prima y de ahí hacemos cubos, jarras, palanganas, otros tipos de productos, con esa materia prima recuperada».

Los productos de Cepil son únicos de su tipo en el país, pues aunque existen 24 empresas que transforman el plástico, solo esta entidad de Ciego de Ávila produce útiles para el hogar. Sin embargo, no solo eso los distingue: «apadrinamos una comunidad bastante amplia, la cual tiene en estos momentos cinco familias vulnerables que ya forman parte de los trabajadores de Cepil, porque después de que usted los visita, tiene contacto con ellos, ya crea un compromiso. Además, atendemos allí a seis madres con más de tres niños, un consultorio, una tienda, una escuela, un círculo infantil, que también apoyamos de diferentes maneras, participamos con ellos en trabajos voluntarios, abrazamos el barrio, cuidando los medios y las instalaciones de la comunidad», resaltó Oscar.productos, con esa materia prima recuperada».

Han apoyado a un número importante de trabajadores en el mejoramiento de sus viviendas y no paran de soñar y poner manos a la obra para conseguir nuevas metas: «nos hemos encadenado con los compañeros de las FAR, de comercio militar, y estamos construyendo de conjunto una casita infantil. Estamos próximos a inaugurar una casa de cultivo tapado, que no solamente va a ser para el autoconsumo y la venta de productos a nuestros trabajadores, sino también para la comunidad. Contamos en nuestra empresa con una pequeña clínica con un sillón estomatológico donde todas las semanas vienen un médico y un dentista para atender a nuestros trabajadores y a la comunidad».

Los mayores clientes de Cepil en este momento son las tiendas, el turismo, las entidades que generan ingresos en divisas; sin embargo, garantizan la presencia de sus productos para la comunidad, con un precio más favorable, en un punto de venta minorista que opera en coordinación con el Gobierno local y los CDR. (CubaSí)