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Foto: Cadenagramonte.Foto: Cadenagramonte.Cuba tendrá un nuevo Presidente desde este 19 de abril. El propio Raúl lo viene anunciando desde hace tiempo, pero aun cuando reconocemos que es parte de un proceso natural, experimentamos cierta nostalgia, mas no incertidumbre, porque tenemos la certeza de que la Revolución es una sola y la continuidad de sus esencias, de sus proyectos y principios está garantizada.

Como dijo Fidel, en Cuba solo ha habido una Revolución, la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, y que nuestro pueblo lleva adelante en estos instantes. Así ha sido y será, cuando nos aprestamos a celebrar el aniversario 150 del inicio de las Guerras por la Independencia, con el Partido Comunista de Cuba (PCC) como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado.

Ese papel de vanguardia, contenido en la Constitución de la República, fue refrendado por el 97,7%  de cubanos el 15 de febrero de 1976 mediante el voto libre, directo y secreto, y el 12 de julio de 1992 fue aprobada la Ley de Reforma Constitucional con el objetivo de cumplir las recomendaciones del IV Congreso del PCC, adoptadas como resultado del debate público del Llamamiento que lo convocó, con todo el pueblo, de manera diáfana.

La Carta Magna  también fue modificada en esa ocasión con el propósito de garantizar y ampliar el ejercicio de numerosos derechos y libertades fundamentales y los derechos civiles y políticos de los ciudadanos y extranjeros, pero hubo más, una década después.

En el mes de  junio del 2002 el pueblo de Cuba, en un proceso legal sin precedentes, en diferentes escenarios actos y marchas en todo el país, con la participación de más de nueve millones de personas  y la firma pública y voluntaria de más de ocho millones de electores, ratificó el contenido socialista de esta Constitución en respuesta a las manifestaciones injerencistas y ofensivas del Presidente de los Estados Unidos.

Ante el pedido de la inmensa mayoría de los cubanos, la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), en sesión extraordinaria, adoptó por unanimidad el Acuerdo No. V-74, por el que se aprobó la Ley de Reforma Constitucional el 26 de junio del 2002, dejando expresamente consignado el carácter irrevocable del socialismo y del sistema político y social revolucionario.

Ahora los cubanos estaremos acompañando a la nueva dirección del Estado y el Gobierno, emanada de un proceso eleccionario masivo, democrático, transparente, sin campañas políticas ni promesas electorales,  que nos conducirá durante los próximos cinco años, en el cumplimiento de los documentos y acuerdos del VII Congreso del PCC.

Contamos con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el periodo 2016-2021, las Bases del plan nacional de desarrollo económico y social hasta el 2030 y la Conceptualización del Modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, como guías de acción hacia el Socialismo próspero y sustentable al que todos aspiramos y por el que todos tenemos que trabajar.

Quien asuma como Presidente de Cuba este 19 de abril contará con todo un pueblo, unido, con nuestro Partido Comunista al frente, y el pensamiento y ejemplo de nuestros líderes históricos.

En la clausura del VII Congreso, hace exactamente dos años, Fidel expresó: “Si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos transmitirles que el pueblo cubano vencerá”.

¡Venceremos, Fidel!

Tomado de Cadenagramonte