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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteLo han expresado varios diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento): el proyecto de Constitución de la República de Cuba que en las próximas semanas debatirá el pueblo es cualitativamente superior al documento vigente hoy, y es un reflejo de los cambios socioeconómicos que experimenta el país, insertado en el contexto internacional.

Quienes hayan seguido los análisis de la primera sesión ordinaria del Parlamento, seguramente han realizado algunos apuntes en mente para cuando corresponda esgrimir sus criterios, porque sin lugar a dudas el nuevo texto despierta el diálogo y la opinión, ya sea para respaldar lo expresado o para modificarlo.

Y no puede ser de otra manera, porque se está decidiendo el futuro de la nación, y a partir de la denominada Ley de leyes emanarán otras disposiciones jurídicas por las que se regirá la mayor de las Antillas en la construcción del Socialismo, con el Partido Comunista de Cuba (PCC) como fuerza dirigente del Estado y la sociedad, tal y como ha sido ratificado en la propuesta de la Comisión de Reforma Constitucional que preside el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

En el cuerpo legislativo hay asuntos que se mantienen, porque definen lo que somos como país, nuestros ideales y aspiraciones sobre el sistema social que escogimos y edificamos desde el 1ro de enero de 1959, guiados por las concepciones martianas y del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz.

Sin embargo, atemperados a las condiciones actuales, se introducen cambios en la Carta Magna que darán mucho de qué hablar en el proceso de consulta popular desde el próximo 13 de agosto hasta el 15 de noviembre, y a los cuales habrá que dedicarles todo el tiempo que sea necesario en los centros de trabajo y de estudio, y en las comunidades, como expresara el Primer Secretario del Comité Central del PCC.

Si de economía se trata queda claro el predominio del sector estatal, con la empresa estatal socialista al frente y el sistema de planificación; pero entran en juego otras formas de propiedad, como la privada, y se reconoce el papel del mercado.

Al respecto, los diputados cubanos hicieron varios pronunciamientos sobre la necesidad de regular la creación de riquezas que tengan un origen ilícito, indebido, aunque para eso existen no pocas disposiciones que deben aplicarse, al decir de Gladys Bejerano Portela, vicepresidenta del Consejo de Estado.

En el ámbito social, muy mediático ha resultado el artículo 68, que se refiere a la unión consensuada entre dos personas que cumplan con los requerimientos legales para ello. De esta manera queda atrás la única posibilidad del matrimonio entre un hombre y una mujer, pues, como expresara el diputado Miguel Barnet, “el amor no tiene sexo”.

Estamos en presencia, entonces, por estas y otras muchas razones contenidas en los 224 artículos de la Constitución que se propone, de un texto que deberá ser estudiado minuciosamente por cada uno de nosotros para fortalecerlo y afianzar la unidad del país en torno a un proyecto que busca el bienestar del hombre y la defensa de la soberanía. (Cadenagramonte)