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Foto: GranmaFoto: GranmaA 15 días del paso de un devastador tornado, la capital se levanta gracias también al apoyo de las organizaciones de masas. Son ellas quienes más cerca han estado de las familias afectadas por el fenómeno meteorológico.

A las 9:00 a.m. la oficina de trámites más cercana a la Calzada de Luyanó, Diez de Octubre, es un mar de gente. Desde una hora antes, los trabajadores del local agilizan la compra de materiales de la construcción de cientos de familias afectadas por el paso del tornado por la capital, hace ya dos semanas.

«Estas familias están hoy aquí, gracias al trabajo laborioso de decenas de cederistas, federadas y otras muchas organizaciones de masas de la capital. Ellos fueron los encargados de visitar, casa por casa, a quienes perdieron todos o casi todos sus bienes. Aquí registramos y organizamos esa información y viabilizamos el acceso a los materiales de construcción y reconstrucción de sus viviendas», contó a Granma Bárbara Agón Fernández, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Diez de Octubre.

A esa hora de la mañana, Bárbara Agón ya había recorrido el municipio de un extremo al otro. «Ni las organizaciones de masas, que están más cerca de los afectados, ni nosotros, los funcionarios, dejaremos de llegar a todos para darles soluciones definitivas a sus problemas», dijo.

El panorama en Diez de Octubre ya no se parece al que dejó el tornado, en la noche del 27 de enero. Un grafiti adorna una de las callecitas de Luyanó, con letras en rojo y verde: Haz bien y no mires a quien. Los postes ya están en su sitio, ladrillos y montañas de cemento se repiten en cada esquina, brigadas constructivas reaniman casi todas las zonas afectadas de ese municipio… «Ya queda menos por hacer», aseguró Bárbara Agón Fernández.

En Guanabacoa esta imagen de reanimación también se repite. Los cuatro consejos populares afectados en ese municipio, poco a poco, se revitalizan gracias al trabajo de todos, dijo Ana Lucía Lemus, presidenta de la Asamblea del Poder Popular en el territorio.

La circunscripción 16 quedó desolada tras el paso del fenómeno meteorológico. Poco quedó en pie: el esqueleto de lo que fue un albergue, donde convivían decenas de familias y, a la redonda, muchas casas sin techo, contaron a Granma las federadas Marlenes Díaz y Yurisbel Cristi.

Fue muy triste ayudar a salir a las familias que quedaron bajo los escombros. Pero, en poco tiempo, todas fueron reubicadas y hoy, a dos semanas del tornado, las brigadas ya están poniendo todo su esfuerzo en reparar los destrozos. En el antiguo albergue es posible que se levanten varios biplantas, añadieron.

«En Regla sí se puede». Este cartel recibe a todo el que llega a este municipio, y Magalis Rodríguez, presidenta del CDR No. 1, de la circunscripción 22 Guaicanamar, da fe de ello.

«He visto cómo mi barrio se ha levantado del desastre. A mis 71 años nunca había visto un destrozo similar y, sin embargo, dos semanas han bastado para que Regla cambie su rostro. Ya muchas de las familias afectadas, a las que visité constantemente desde el día siguiente al paso del tornado, comenzaron la restauración de sus viviendas. No quiere decir que ya no hay más por hacer. Sí queda, y mucho, pero solo hay que moverse». (Con información de Granma)