Foto: CadenagramonteComo hace 124 años, hoy 24 de febrero somos protagonistas de una nueva clarinada para más libertad y soberanía, para más Revolución y Socialismo en Cuba, que es decir más beneficios y bienestar para todos los cubanos.
Hoy asistimos a un hecho de trascendencia estratégica para la continuidad del proceso social en la mayor de las Antillas, donde el 26 de julio de 1953 marcó el sendero a los cubanos hasta alcanzar la definitiva independencia cinco años, cinco meses y cinco días después del Moncada, el 1ro de enero de 1959.
Es precisamente el alegato del Moncada, la base para que Fidel Castro perfilara la línea de desarrollo económico-social del país, y a la vez sólido componente para las Constituciones socialistas en Cuba, e ineludible guía para la que aprobamos hoy, abrillantada con un cubanísimo matiz de pueblo.
Si el 26 de julio es el día más alegre de la Historia, al decir del trovador, es entonces este 24 de febrero la jornada decisiva para proseguir el camino elegido con el Sí por nuestra nueva Carta Magna, en medio de las amenazas del Imperio yanqui.
Este referendo es una acción de avenencia y de confianza en lo porvenir y de pleno rechazo a las pretensiones imperiales de convertir a nuestra declarada zona de paz en escenario bélico, como ha amenazado el inquilino de la Casa Blanca y su cohorte guerrerista, peligrosa aventura que transformaría a la región en una tea encendida.
Con la aprobación de nuestra perfeccionada Ley de leyes ratificamos la igualdad entre todos los cubanos, el acceso gratuito a la Educación y la asistencia de Salud con servicios de primer mundo, el empleo y otros muchos beneficios que ratifican el principio de que no hay nadie en Cuba sin protección social y económica.
Representa el 24 de febrero andanza para abonar la continuidad de la Revolución cubana, promover nuevos combates en la construcción del Socialismo y mantener vigente el ideario de Céspedes, Agramonte, Maceo y Gómez, de Martí y de Fidel, y de cubanas y cubanos que han forjado la identidad de la nación.
Como se ha ratificado por estos días, el futuro de Cuba está aquí, con medidas adicionales de bloqueo o sin ellas; el futuro lo decidimos las cubanas y los cubanos, pues el proceso de continuidad que encabeza la nueva dirección del Estado y del Gobierno es permanente e irreversible.
Hemos escrito, entre todos, esta nueva Constitución y votamos con el Sí por ella, por la Patria y el Socialismo, junto al Partido Comunista de Cuba, alma de la Revolución. (Con información de Cadenagramonte)
