Foto: JITSanta Clara.- El softbol cubano, rama femenina, no participa en una cita de máximo nivel desde los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Ahora, con el retorno de esta disciplina a la sombra de los cinco aros, las antillanas tienen aspiraciones de clasificar a Tokio 2020.
Para hacer realidad ese sueño tendrán que alcanzar uno de los dos cupos que estarán en disputa durante el Torneo Preolímpico de las Américas, previsto en Canadá del 25 de septiembre al 3 de octubre próximos.
Maikel Ibargüen, metodólogo nacional, explicó la ruta crítica del equipo rumbo a ese importante certamen: «Tenemos previsto y está por confirmarse una base de entrenamiento en República Dominicana. Además celebraremos la Copa de la Amistad, del 7 al 12 de julio en La Habana, con la participación de varios equipos provenientes de universidades norteamericanas».
Según el directivo, ya están confirmados para esa cita tres conjuntos foráneos, lo que clasifica como una excelente oportunidad para que nuestro plantel celebre hasta diez partidos frente a rivales de notable nivel.
Estados Unidos es uno de los mejores exponentes de este deporte en el mundo, de ahí que la presencia de cualquiera de sus selecciones favorecerá la preparación cubana.
«Los principales rivales para conseguir el boleto olímpico son Canadá y Puerto Rico, sin descartar a conjuntos de nivel como República Dominicana y Venezuela. Podemos luchar por uno de los cupos. Fíjese si la fuerza de este deporte en nuestro continente es alta que la confederación mundial (WBSC) otorgó un par de pasajes para Tokio 2020», argumentó.
Cuba cuenta con buen pitcheo para afrontar este reto. La villaclareña Anisley López y la zurda granmense Yilian Tornés son las principales figuras, sin dejar en menos a la guantanamera Marlén Bubaire.
La serpentinera de Manicaragua clasifica entre las más veloces del mundo, y su experiencia competitiva resultará vital en ese torneo. Anisley lleva más de diez años como líder de nuestras tiradoras y será otra vez el arma fundamental para contrarrestar a la ofensiva oponente.
El bateo ha sido el punto más débil de las nuestras en las últimas competencias internacionales. Esa será, nuevamente, la gran incógnita de la selección dirigida por Jorge Lamas.
Un aspecto favorable para la escuadra antillana radica en que Estados Unidos ya garantizó su pasaje durante el más reciente campeonato mundial.
El reto está entonces en Canadá dentro de algunos meses. Regresar al concierto olímpico, tras 20 años de espera, es la motivación para perfilar un elenco bien competitivo. (Con información de JIT)