Pin It

La Habana, 30 abr.- Muchos son los baluartes que nos distinguen como nación pero, de cierta manera, todos pasan por un principio inalienable, uno que aprendimos desde las gestas independentistas, que fue defendido a ultranza por Martí y legitimado de forma definitiva por Fidel y la Generación del Centenario: la unidad.

Descansa en esa palabra devenida tradición auténtica, la esencia de nuestra resistencia, de la fuerza que nos ha mantenido incólumes siempre que adversas circunstancias amenazan los destinos de la Patria.
No hay en esa tesis duda alguna, pues la historia se ha encargado de probarla. Por muy fuertes que demuestren ser las voluntades individuales, únicamente la cohesión de todas ellas hace posible los sueños, profundiza las raíces de la libertad y permite que el futuro no sea un destino utópico, sino la meta tangible de millones de cubanos.
Para aquellos que no conocen el devenir de nuestro tiempo de lucha y batallar, no hay una muestra mejor de esas verdades que el Día Internacional de los Trabajadores. Más allá de la profunda significación de esa fecha para el movimiento obrero, de su simbolismo para honrar a los que abonaron con su sangre el camino hacia el trabajo justo, es un día que le demuestra al mundo, y a nosotros mismos, el valor del andar codo con codo, de enfrentar los retos con sentido del deber.
Esta vez, la fecha se nos acerca en medio de un escenario internacional particularmente inestable, en el que la voz del poder campea por oírse más alto que las demás, en el que las agresiones a la soberanía han llegado a niveles impensables de bajeza y falacias. Como tantas otras veces somos un blanco directo para quienes no perdonan nuestra férrea determinación de mantener el camino elegido; es por eso que hemos hecho a esta página convulsa la mejor de las lecturas: este momento reclama unidad.
Respondemos con la contundente decisión de avanzar sin prisa pero sin pausa, arrancándole trozos a los problemas con el esfuerzo diario. Respondemos con el apego a una Constitución que es de todos, porque fue hecha por la mayoría. Respondemos produciendo, trabajando, creando los valores económicos que respalden la esencia humanista de nuestra sociedad, y alzando como siempre nuestra voz contra aquellos que despojan a los pueblos de sus derechos.
Las que nos convocan a este desfile son razones lo suficientemente fuertes para que cada corazón revolucionario sea conmovido ante la responsabilidad ineludible de marchar por Cuba.

Honrar, Honra

La tradicional ceremonia de entrega de los Títulos Honoríficos de Héroes y Heroínas del Trabajo de la República de Cuba contó con la presencia de José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
El solemne acto, celebrado este lunes en el Salón de Protocolo El Laguito, en La Habana, forma parte de las disímiles actividades que se realizan a propósito del Primero de Mayo.
Una mujer y siete hombres fueron condecorados por Machado Ventura, quien en su felicitación resumió el sentir de compañeros y familiares de los agasajados por los sobresalientes méritos en su vida laboral, condiciones destacadas por Milagro de la Caridad Pérez Caballero, miembro del SecretariadoNacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), al pronunciar las palabras centrales del acto.
Sus vidas y obras son relevantes, pues han cumplido humildemente, con dedicación, entereza y altruismo sus deberes, subrayó al mencionar las diversas profesiones y oficios de los condecorados: Alberto Vázquez García, vicealmirante Pedro Miguel Pérez Betancourt, Luis Camejo Mena, Pedro Antonio Brunet Pedroso, Bertha Luz Rodríguez López, Pablo Orlando Nodarse Pérez, Alberto Tomás Soler Omares y Emerio Travieso Alonso.
En la ceremonia también fueron estimulados 49 trabajadores y siete colectivos laborales, con las órdenes Lázaro Peña de primer, segundo y tercer grados, y la Medalla Jesús Menéndez.
Recibieron tales reconocimientos de manos de los miembros del Buró Político Ulises Guilarte de Nacimiento y Teresa Amarelle Boué, secretarios generales de la ctc y la Federación de Mujeres Cubanas, respectivamente, así como de otros dirigentes de organismos y organizaciones políticas, sindicales y de masas que presidieron la ceremonia, a la que asistió además Maikel Makuayiba, presidente de la Federación Sindical Mundial. (Granma)