Pin It

El propio gobernador militar Leonard Wood no lo ocultó: “Creo –refiriéndose a Cuba- que es una adquisición muy deseable para los Estados Unidos. La isla se norteamericanizará gradualmente” (1, ver pie de artículo).

Las principales regiones escogidas para las inversiones, que fueron mayores en el sector azucarero, estaban situadas en las provincias de Camagüey y Oriente, zonas retrasadas en su desarrollo durante el período colonial y pródigas en tierras vírgenes de una gran fertilidad , muy baratas y con un status jurídico muy irregular , que abrió margen para toda clase de excesos y fraudes registrales y judiciales.

Este fue el contexto óptimo que propició el proyecto de las colonias de norteamericanos (en cifra menor también colonos de otros nacionalidades) en el valle de cubitas y de otras en el país para un total de 37.

La Gloria City trascendió sobre manera por ser el asentamiento original de la primera y más prospera colonia de extranjeros en Cuba –compuesta de norteamericanos en su mayoría- que desde principios del siglo XX se establece en estas tierras y que motivaría “ Conversación con el último norteamericano” título del escritor y ensayista nuevitero Enrique Cirules y premio del género testimonio en 1973.

Es cierto que se han realizado dos documentales posteriores , lo que pudiera hacerle perder al libro su carácter de vía única , pero estos últimos, independientemente del cambio de formato, están basados íntegramente en dicha fuente escrita , y en sustancia de contenido no aportan nada significativamente nuevo excepto refrescarlo y sintetizarlo formalmente que no es poco.

Y es cierto también la existencia de otro material digital, todavía en producción, que en lo posible completaría temáticamente nuestro reclamo y añade igualmente varias facetas del autor del libro; y tenemos además la referencia de un primer documental, incluso anterior al impreso , realizado por un cine club de la ciudad de Camagüey en formato de 8 mm , copia lamentable y actualmente perdida.

El libro permitió que sus relatos se conocieran y se multiplicara su conocimiento como historia, se conservaran con más fidelidad, se valoraran y con ello se elaborara por parte de los pobladores, en varias generaciones siguientes, un concepto de identidad y orgullo por su pasado histórico; y que a su vez los lectores de fuera tuvieran un referente muy relevante, atractivo y diferente del lugar.

El libro fue otro acontecimiento, por lo que significa un libro, lo que significaba en la época en que se escribió y lo que significa un libro como ese, sobre todo para un pueblo pequeño como La Gloria, y para el ámbito local nuestro precario en literatura generada aquí.

Pero además los otros valores que tiene el mismo, reconocido en premio y en la propia trayectoria exitosa del escritor posteriormente.

Por igual se trata de las únicas fuentes de su tipo disponibles y accesibles masivamente sobre estos hechos por más de cuarenta años. El libro la fuente documental, el testimoniante la fuente oral.

William Stokes en su adolescencia./Foto: Yudel Pacheco William Stokes en su adolescencia./Foto: Yudel Pacheco

Aspecto que ha influido también en su mística , en su profundo peso y aporte cultural dentro y fuera de la localidad , en la recepción positiva de los pobladores casi en su totalidad y en alguna apropiación dogmática: “ aquí la historia que hay es en La Gloria “; aunque sobre todo en su fértil influencia para investigaciones posteriores in situ .

“Conversación con el último norteamericano “nos dio una historia elaborada y nos legó a la vez una forma de verla. Nosotros recepcionamos la historia de La Gloria City a través del libro, no vemos esa realidad como un testigo que forma parte de ella con su vivencia, sino la captamos desde su reflejo en el libro, asunto que impone también el descriptivo título.

La lectura , su disfrute, el análisis y la comprensión de los temas que trata dicha versión escrita convergen en la identificación de la colonia : La Gloria City , nombre perfecto , más conveniente para su publicidad si se ignorase su contexto socio político el “ lustro más gris “ ; pero de haberlo hecho así se resaltaría la investigación histórica , y al nombrarlo de la forma que lo hizo “ Conversación con el último norteamericano “ acentuaba a través de la contribución protagónica y decisiva imaginación del testimoniante la obra literaria.

Aunque siguiendo cierta lógica en los silogismos especulativos pudo haber otras razones. Una de las cuales debió ser la pobre notoriedad y desconocimiento del poblado de La Gloria a inicios de la década del setenta del pasado siglo, salvo en el territorio y por los relatos y leyendas que de La Gloria City sobrevivían.

Por ello las historias están construidas no solo verosímilmente sino de fragancias imaginal-metafórica.

“ Miss Molly Jumper, además de ser directora de orquesta , tocaba el violín , tambores y el banjo. En ocasiones daban serenatas desde los jardines de una casa , rodeados de rosas , amapolas , crisantemos y enredaderas olorosas. La melodía dispersada por la brisa que venía del mar llegaba hasta la casa “(2, ver pie de artículo).

Se trata de una serie de imágenes que nos activan los sentidos, dado que algunas se ven, otras se respiran y las restantes se oyen. Como en esta nueva cita: “Los árboles estaban florecidos y del mar subía un olor a algas que antes no ocurría… Yo creo que hasta los árboles dieron ese año más frutas. Las naranjas eran más olorosas” (3, ver pie de artículo).

Por supuesto son imágenes si se quiere sencillas, sin gran complejidad en su elaboración porque salen de un hombre de campo que tiene otra poética.

No olviden -será mejor que recuerden- la última oración: “Las naranjas eran más olorosas”

Contextualicemos ese tropo en un ámbito que ha existido más de 100 años teniendo un peso dicho renglón en su economía , en su vida social , en su paisaje , en su fuerza de trabajo , en su dieta gustativa a través de la exquisitez del jugo de naranja o la refrescante y vitaminada limonada o del agridulce almíbar de lajas de grifus , en el selectivo y honorable nombrar sitios: Mercado agropecuario La Naranjera, Círculo infantil “Flor del naranjo”, Centro Recreativo “Riego por goteo”, Librería “Entre naranjos”, … en definitiva en su identidad, no hay otra imagen más representativa del verdadero sentido de pertenencia y a la vez tan sublime. Solo que estamos acostumbrados a que esos descubrimientos o reconocimientos vengan desde otra parte.

Sin embargo, un aspecto fundamental del libro en cuestión es el de contener muchas historias dentro de una sola historia e igualmente haciendo convivir varios géneros en uno sólo, tratamiento que lo hace, sin dudas, grande y perdurable como obra en el tiempo.

Quizás deberíamos reconocerle a La Gloria City el paradigma que sustenta su aporte real y hasta nuestra admiración por ese aspecto de su cultura colonizadora: “Cada hombre de oficio buscaba con quien hablar de sus inquietudes. El carpintero míster Clepton contaba de la construcción de viviendas de cristales y madera para algún noble ; los albañiles , del nuevo método de Filadelfía para empalmar una casa a sus cimientos. ¡ Con cuánta alegría era recibida la más mínima noticia que trajera un auge a la colonia!” (4, ver pie de artículo) , por supuesto con previa exclusión o el desmontaje de sus mecanismos de dominación; sin embargo, la colonia tenía lo más avanzado.

 “Cada familia tenía una suscripción de los periódicos del lugar donde antes había vivido. Los europeos , aunque tuvieran ciudadanía norteamericana , lo recibían de cada país de origen. Eran tantos periódicos que he olvidado sus nombres.

Kane Republic de Pensilvania , The Times de Inglaterra , The Magazine Saturday Evenning Post , The Far Journal , The New York Times , decenas de la Popular Mechanics , The National Geographic Magazine , la Revista Life , The Miami Daily Paper , American Boy Magazine , The Christian Herld y The Havana Post. Además el periódico de La Gloria :The Cubans Americans que el periodista Eli Shore tiraba para los vecinos del valle en su imprenta y hasta algún libro menudo” (5, ver pie de artículo).

Motor de combustion interna de 1870Motor de combustion interna de 1870

Los colonos norteamericanos y de otras naciones europeas trasladaron al asentamiento de La Gloria City en Cuba sus ingenios para las más diversas facetas , desde maquinaria fabril a excentricidades domésticas hasta necesidades consustanciales a su labor, como las propias del campo , pero con pretensiones a la vida citadina ; donde siempre quedaba claro el estadío superior de desarrollo de los países a los que pertenecían :“ Los Mollenhauer deslumbraban en La Gloria por la forma de vida que llevaban. Tenían el mejor fonógrafo de la época, con los últimos discos, el más bello piano , los más finos muebles tallados con figuras exóticas , y peces , y caballos encabritados. Relucientes espejos empotrados en las paredes; cómodas y sillones acolchados en seda roja; interesantes alfombras y cuadros; la cristalería delicada y de colores finos; los cubiertos, de plata tallada. Su mesa siempre tenía algo exquisito, en medio de los candelabros con delfines y sátiros: Caviar traído de la lejana Rusia, algún raro brandy inglés con una sugerente botella color malva, cerveza alemana y misceláneas caras importadas de Nueva York” (6, ver pie de artículo).

Para la población cubana del entorno , por demás rural y dada a encumbrar lo citadino, La Gloria City significó una novedad deslumbrante y una referencia máxima de desarrollo , que no influiría avasalladoramente por las experiencias frontales de nuestras relaciones políticas fuera del marco estatal y la suspicacia espontánea y nacionalista del hombre de campo cubano.

No obstante, a la farsa que se vendió a los emigrados, a los beneficios económicos que trajo para las entidades que la promovieron y a los intereses políticos detrás de ellos, el establecimiento de la colonia generó un sueño implícito en la simple identificación de La Gloria ; hecho concretado en la avanzada profesional de ingenieros civiles y agrimensores que esbozaron un planeamiento regular y visionario.

Los colonos de La Gloria City extendieron a suelo cubano el territorio norteamericano , sus costumbres , sus tipologías constructivas , sus trazados urbanos , sus instituciones , sus innovaciones y adelantos , su experiencia colonizadora al oeste , su idioma y su cultura , cerrada a la de la nación donde se asentaron , reacia a mezclarse étnicamente o a vincularse comercialmente en renglones sencillos y producidos en el país e igualmente básicos y a menos costo para el colono como la sal , las semillas y los clavos , que eran importados desde los Estados Unidos.

“Había una compañía que cada año enviaba un catálogo de precios con los que un colono puede necesitar para mantenerse . Los primeros zapatos que usé fueron comprados a esa compañía, que los envió de Estados Unidos en una caja de colores “(7, ver pie de artículo)                                                                                                  

Situación que variaría solo cuando el asentamiento, ya en decadencia, quedó a su suerte y aislado de la parte continental.

Pie de artículo. Nota del autor:

1 - Julio Le Riveren: La República. Pág 26.

2 - Enrique Cirules:”Conversación con el último norteamericano”. Pág 79

3 - Ibíd Pág 167

4 - Ibíd Pág 62,63                                                                                                                                                                  

5 - Ibíd Pág 81, 82

6 - Ibíd Pág 113

7 - Ibíd Pág 48         

                                        Iglesia Episcopal en la Gloria city./Foto: Yudel PachecoIglesia Episcopal en la Gloria city./Foto: Yudel Pacheco