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Por supuesto, y es justo reconocerlo, ya existían dos pequeño avances, uno consolidado, perteneciente a la referida comisión en aspectos fundacionales del poblado y otro exiguo y exploratorio mío, que databa de 1985.

Ese antecedente vislumbraba un nuevo y polémico enfoque sobre el legítimo calendario fundador del poblado de Sola, aspecto que aún impugnan los pobladores más viejos, frente a la ilógica contradicción que fija la fecha de fundación posterior a la llegada que sus antepasados les testimoniaron, respaldadas por relatos fieles de época, unido a las fechas documentales de escritura que los establecieron en el lugar.

Contradicción salvada salomónicamente al reconocer en un soporte público permanente, el audiovisual de 2012 “Recordar es vivir”, a el 27de junio de 1917 como la fundación real y el 28 de septiembre de 1920 como la fundación oficial .Entuerto extraído de la interpretación histórica de una nota-no original- perteneciente al Índice Histórico de Camagüey, a cargo de la Academia de Ciencias, y que no tan obviamente comenta el fomento del poblado para 1920 con énfasis solo en su área norte.

Alusión no referida al caserío del costado sur de la línea norte, que ya existía, levantado con posterioridad a junio de 1917 y cuyas actividades económicas principales fueron la tumba de monte y el apoyo a la construcción del mismo ferrocarril del norte de Cuba; luego se dedicaron también a la siembra de caña en estas tierras que iban quedando limpias de malezas y listas para su cultivo. El cítrico, renglón agrícola exclusivo a inicios del siglo xx de colonos norteamericanos, también se desarrolló aunque localizadamente.

Es simplemente fascinante descubrir cosas , yo estaba emocionadísimo con aquellos hallazgos legítimos de mi investigación, que aportaban otra comprensión de nuestro origen , no limitados a una precisión exacta del surgimiento del asentamiento nada más , sino también a la verdadera forma del umbral de ese proceso ,reveladora respecto – por ejemplo - a la motivaciones del primer nombre y al núcleo de pioneros involucrados, además estaba el ingrediente polémico dado que aquellas interesantes manifestaciones diferían de la versión oficial existente y de criterios muy influyentes de una importante `vaca sagrada´ , añádasele mi energía juvenil desafiante de entonces y seguramente se comprenderán algunos párrafos de aquel primer anuncio.

 En la actualidad prevalece el consenso de considerar la fundación a partir de cierta organización del asentamiento, que incluya el inicio o la existencia de entidades o construcciones fundamentales ,por ello además ha prevalecido la segunda fecha.

 Anteriormente los estándares no eran tan estrictos y se tomaban referencias diversas, mi enfoque pertenece a esa primera etapa. Paradójicamente nunca luego hice porque progresara, aunque tampoco lo oculté, pero teniendo sólo una discreta publicidad en el ensayo “Sola busca sueños, que la acompañen y laboren” (1993) y como tema de ponencia en algunos eventos de investigaciones hasta el nivel provincial.

 También advertí como debilitaría a nuestro incipiente y frágil sentido de pertenencia la puja de dos fechas y al análisis de otras conveniencias aprovechables culturalmente, como peculiaridad de nuestra celebración, propuse de igual modo a la Dirección Municipal de Cultura ubicar “La Semana de la cultura” en torno a la fecha de fundación oficialmente reconocida del poblado de Sola, cabecera del municipio. Ese acontecimiento, celebrado en septiembre de 1994, que por primera vez conmemoró la fundación del poblado, se conoce como El Gran Cachimbo y ocurrió al cumplir Sola su 74 aniversario.

 Sin embargo, el argumento decisivo de nuestro asunto no ha sido expuesto todavía. En el ámbito del surgimiento, como de la identidad, yo considero significativo lo simbólico. En este sentido no ocurrió apenas una literal tala de monte, el 27 de junio de 1917 el hacendado norteamericano Charles Burford al frente de una cuadrilla de peones encargados de la tumba de monte le encomendó a uno de ellos: Salvador Echemendía, cortar el primer palo que dejaba inaugurado el sitio donde se establecería el nuevo poblado, al preguntársele a aquel humilde, cubano y lugareño grupo de hombres qué nombre debía tener la mayoría de los presentes allí corearon: La Chambelona. Los dos signos: cortar simbólicamente el primer palo (no solo cortarlo sino cortarlo con manifiesto propósito simbólico proporcionándole otro significado a ese acto) y dar nombre (consciente y colectivamente de entre quienes fueron luego algunos de sus pobladores) al futuro pueblo, integran un episodio fundador formalizado con el plano de urbanización BURFORD en marzo de 1918, y totalizado con la escritura 119 de compra-venta por Francisco José de Sola y Bobadilla de las dos terceras partes del lote número veinte y tres de la finca rústica San Rafael de Canasí, el 9 de mayo de 1919.

Plano del Valle de Cubitas, al centro la urbanización Burford (hoy Sola).Plano del Valle de Cubitas, al centro la urbanización Burford (hoy Sola). Por tanto, Sola debe su primer claro grande de monte, su primera oportunidad de nacer, - querámoslo o no, sepámoslo o no, neguémoslo o no- a un laberíntico anhelo fundador de Charles Burford, que recibido por su misma personalidad de “hombre largo” conjuró hacia un proyecto mañoso y desdichado por sus íntimos propósitos; pero memorable por sus trascendentes consecuencias anunciadas con su patrocinio del plano original

A este personaje, Enrique Cirules, en su valioso impreso “Conversación con el último norteamericano”, dedica un capítulo completo, además de varias referencias a través de todo el libro, y existe, sobre todo en el vecino poblado de La Gloria, una percepción legítimamente negativa de él en varias generaciones de pobladores de allí y de aquí. Pero la historiografía indica también un tratamiento de las personalidades negativas y en el caso más nuestro, -el de Sola- y considerando únicamente los aspectos circunscriptos a la fundación, desarrollo y consolidación inicial del poblado, el protagonismo de míster Charles, como anónimamente los lugareños de esa época lo identifican, es indiscutible, al menos para mí – y para cualquier investigador que se respete-. Es palpable que su accionar en este sentido estaba movido por intereses de lucro, el valor que adquirieron estos terrenos situados alrededor de la vía del ferrocarril, y sus manejos para conseguirlos, antes y después, se valieron de la doblez, el abuso y la estafa.

No obstante, la urbanización que bajo su tutela, patrocinio y denominación (Burford) rigurosamente se parceló en marzo de 1918, sin dudas para extraerle mejores dividendos a cada lote o solar, a la par trazó y definió un crecimiento constructivo y de infraestructura regulado, ordenado y perspectivo, que casi intacto se ha conservado hasta hoy en el núcleo urbano e histórico del poblado, solo agrisado por la intervención del 2006 , hazmerreír que en forma “chispeante y de choteo” el renombrado intérprete de “Yumurí y sus hermanos” durante una presentación, y en uno de los clímax de su interacción con el público espectador y de bailadores interrogaba: ¡¿Esto es el Canal de Panamá?! (por la bifurcación fluvial que se origina en el sitio con apenas un norte como consecuencia del inexistente trabajo de drenaje) y el público coreaba “¡No!, el canal de ___________”.

Nuevamente, y considero necesario refrendarlo, aquel sustantivo derrotero urbano, anterior casi a la propia existencia del poblado, ha constituido un beneficio y es apreciado también por los habitantes actuales, en sus múltiples usos, aunque no tengan plena conciencia de ello. Frente a tales razones,- inobjetables según creo-, se deslinda mi reconocimiento histórico.

El fenómeno Sola – en lo relativo a su paternidad y diferenciación histórica – es el típico ejemplo de creaciones que resultan de un simple o mal habido vínculo sexual, el hijo que no pudo escoger sus padres y que además no tuvo suerte con ellos, respecto a sus virtudes e integridad moral, o aquellos tutores que fueron más consentidos con sus creaciones, pero no así con las creaciones de otros.

Es en este trillo ordinario y contradictorio de la historia donde la personalidad de míster Charles Richard Burford deslinda una imagen más imparcial y completa de sí, acercándole la vela a otro tipo de consecuencias de los actos suyos. Yo no absuelvo a este “míster” y sus “andanzas” del mal recuerdo, pero quién pudiera negar su prestación inestimable al nacimiento y existencia de Sola, en sus orígenes y hasta varios años después.

Por otra parte la misma creación no reproduce literalmente el espíritu pecador de su impulsor original, mezclada además con cierta cantidad de influencias de los otros fundadores, rasgos transformados e integrados en la decantación histórica del poblado, y donde no se excluyen los aportes actuales.

Como en otras experiencias creadoras, la obra ya terminada – el poblado fundado – se separa, se enajena en la evolución posterior de su “primer mentor” y elabora su propia sustantividad, mi misma inesperada opinión – manifestación modesta de individualidad – es un reflejo incondicional de estos maravillosos procesos.

La Gloria City no fue tampoco afortunada en asuntos de paternidad y debió parecida deuda a la Cuban Land and Steamship Company, empresas cuyos intereses y estafas no serían de menor renombre, entrañando además propósitos y peligros anexionistas.

Para salpicar aún más lejos, valdría que recordáramos que el fundador de las primeras siete villas de la Isla , - hoy importantes ciudades cubanas de rica tradición e historia – fue el adelantado Diego Velásquez, máxima figura del período colonial de la conquista, proceso encausado fundamentalmente con acciones despiadadas y crueles a costa de la población aborigen.

 Qué más sabemos de ese primer día: “ El 27 de junio de 1917, llegaron los primeros hombres a una zona de monte atravesada por el Camino real, que viniendo –este último- desde las proximidades de Senado seguía rumbo a La Caridad, donde entroncaba con el terraplén a La Gloria, en un área casi aledaña , por la parte sur, a la trocha de siete metros de ancho que serviría para el paso del ferrocarril.

[Cuenta Salvador que] “Míster Charles le envió a buscar 20 o 25 hombres para trabajar en la línea del ferrocarril y le encomendó a él personalmente cortar el primer palo que inauguraría el futuro batey…

Ese mismo día cavaron un pozo criollo y luego construyeron barracones en los primeros claros que se hicieron para mantenernos durante la tumba de monte.” (1, ver pie del artículo).

Igualmente se ha dicho que: “El señor Sola fundó en sus tierras un poblado al que todo el mundo comenzó a llamar La Chambelona. Luego cambió ese nombre por su apellido, al terminarse la guerra. Así de oportunista era ese negociante. Ponerle un nombre en la seguridad de que los liberales iban a triunfar en la guerra que había comenzado. Se dice que el general Gustavo Caballero se comprometió a darle ayuda” (2, ver pie del artículo).

Aunque no prescindimos de exactitud respecto a una fecha determinada en el surgimiento del asentamiento original, las fuentes – documentales y orales – que mejor hemos trabajado en buen hallazgo proporcionan con tremenda seguridad un momento posterior a junio de 1917.Plazo en el que había terminado “La guerrita de ese año” y en el que se decidieron sus perspectivas de triunfo y la de sus vencedores: favorables al Partido Conservador.

La versión histórica que nosotros conocemos directamente de algunos de sus genuinos protagonistas, desde donde defienden hoy nuestras fuerzas el permitido e ineludible veredicto precoz de la especulación investigativa y que compartimos ciertamente mejor, demuestra la vinculación e implicaciones comprometedoras de un grupo de aquellos fundadores del caserío original con los sucesos referidos de La Chambelona , compromiso no ejercido como guerreros en la contienda – salvo rara excepción – sino en actividades que expresaban apoyo y simpatías al alzamiento de los liberales y que compulsara perjuicios incendiarios en algunas de sus propiedades y retención física opresiva a alguno de ellos, sobre todo en la zona del Senado, actos que obligaron su traslado hacia un área entonces de monte y donde mismo luego surgiría el nuevo asentamiento, conocido primero con el nombre de La Chambelona , después -y solo en documentos- como Burford y más tarde y hasta hoy por Sola.

Pero la historia es objetiva y todavía en el tardío año de 1921 ambas zonas del poblado conservaban en la voz de sus pobladores simultáneamente sus respectivos nombres de La Chambelona y Sola, desconocemos en que momento de su decantación histórica y cultural, uno de ellos – el de Sola – comenzó a representar a todo el poblado.

Arribar al centenario parece representar muy poco tiempo para la vida histórica de una comunidad, y pensamos de tal forma porque el promedio de estas mismas personas individualmente y en nuestro país, se acerca a esa cifra de vida terrenal. De ahí la supuesta idea de que la vida histórica de un poblado es suma de todas las vidas individuales de sus miembros. Y no obstante, imaginalmente, el tiempo de esos grupos humanos sí se multiplica.

Pero lo más trascendente y de importancia, en relación a esta fecha y su celebración, es conservar la tradición a través de este recordatorio fijador, son los aspectos de autoconciencia local que en ella se revelan y que ordenan un vínculo de pertenencia y de interés muy extraordinario, desde (y entre) las personas hacia (y) el lugar donde han vivido. Así nos mostramos, nos vemos, nos evaluamos, con la esperanza -espero- de que algún día nos superaremos. (Fotos: Autor)Línea Norte de Cuba a su paso por Sola (1916-1919).Línea Norte de Cuba a su paso por Sola (1916-1919).

Pie del artículo:

  1. Entrevista a Salvador Echemendía. Sola, 13 de agosto de 1985.
  2. Enrique Cirules: Conversación con el último norteamericano.