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Apoyado por la oralidad de testimonios actuales y documentos e imágenes de época, y a través de un telegráfico tratamiento de 17 minutos, el referido audiovisual nos acerca lo significativo de ese fundacional momento, en una narración que continúa con el devenir de los primeros cuarenta años, citándonos algunos de sus personajes y sucesos más trascendentales, utilizando como pestillo transitorio el cierre de la etapa republicana, pretendiendo así una primaria construcción de la historia cultural de Sola.

¡Por fin!, una colectiva, sumaria y exaltada acogida se pudo percibir en el intercambio final del público asistente y el realizador, no obstante este último alertar -y gestualizarlo también, semiótica y enfáticamente con sus dedos-, que se trataba “apenas de una pequeña parte de la historia de Sola”.

Además, siempre satisfizo aquello de contar con un ‘público interno´ especial, no en la mera definición de las relaciones públicas, sino en su dimensión de esencia cultural, al constituirlo entre los concurrentes una suma mayor de pobladores: personas que vieron reflejadas –en unas generaciones más que en otras- su relación sentimental con el lugar donde han vivido y al que de algún modo pertenecen sus vidas e historias. Descontando, al no ser de dominio popular, el personal gesto del documentalista de donar la película sin reclamo de costo y realizarla sin recibir pago material alguno por ello.

Tal vez la arenga más contundente por sus expresiones terminales, fuera de la anterior directora del cine Yenen Georgina González Meléndrez, quien participaba esa noche en el doble papel público al ser oriunda de la localidad y periodista de la emisora municipal Radio Cubitas, medio de comunicación para el que cubría el acontecimiento. En su intervención, de tonalidad sincera, de mea culpa y visiblemente sesgada por la emoción lamentó: “no tuve la suerte de lograr una actividad así en los quince años que dirigí esta institución”.

Es obligado decir,… según san Martín, que “la historia del poblado de Sola [a solo tres años de su centenario] no ha sido escrita, no está publicada y no ha contribuido a forjar [todavía] una autoconciencia local”. Esta particularidad hace del documental un punto de partida, un avance de las investigaciones históricas del lugar tangible, ayudado por la síntesis y el impacto directo de los mismos recursos audiovisuales.

En tales circunstancias, es la primera vez que dichos relatos dejan de ser solo recuerdos personales, de familia y aparecen aquí como hechos de la historia local y de la memoria cultural. Por tanto, el documental, es un aporte también al frágil sentido de pertenencia. Es cierto que el contenido del material se enfoca al pasado, explícito desde la misma portada y metáfora del título “Recordar es vivir”, situándose así en el punto de vista de los pobladores de aquella época, pero el énfasis de esa etapa se concentra básicamente en el ámbito del nacimiento de Sola y en la visión y el legado de los fundadores.

Incluso en las cuestiones no circunscritas aparentemente a esta fuerza gravitatoria, sin desvalorizar lo anecdótico – los dos incendios (leyenda y realidad) y las menciones al pintor Bastarrachea y la corresponsal de “El Camagüeyano” Flérida Galbán- se avalan sus menciones por lo que aportan a la identidad.

Bastarrachea fue “el pintor del pueblo”, respondía a todas sus necesidades y encargos plásticos, desde un cuadro al oleo, a un rótulo en la fachada de algún establecimiento público, al decorado de un objeto utilitario. Por tanto, era el único que desarrollaba esta actividad en el poblado de entonces sistemáticamente, con esa amplitud de formas y con vocación pública, y además vivía del oficio de pintar. Y aunque tomaba en cuenta las peticiones de los pobladores, hay suficiente evidencia en su obra de que le aportaba su sensibilidad y los criterios de su irregular formación.

Ha transcurrido el tiempo para este legado de la providencia, y sin cotizar en alguna puja aún acompaña, en un lugar tan íntimo como el hogar, a muchas familias de lugareños cualificándoles su espacio inmediato, reservándose el mejor sitio en sus paredes y mostrándose a quienes los visitan, finalmente alcanzados por miradas de horror al vacío.

 A Flérida Galbán se debe la primera expresión pensada impresa en el uso de un gentilicio para designar los habitantes del poblado: soleños.

Otro peldaño, frondoso totalmente como el algarrobo del parque central de Sola y de la misma progresión histórica del poblado, emana de las décimas “Sola en llamas” escritas por “Santo” Rivero (el sinsonte solitario) en el cuasi lejano 1956; expresándose a través de él por primera vez toda la comunidad, y acompañándole en su voz toda una conciencia colectiva.

“Sola, mi pueblo natal,                              En fin, amable lector,

Por segunda vez la llama                           Os suplico una y mil veces

Convierte en horrible drama                       Que elevéis al cielo preces

A tu centro comercial.                                 Por el alma de Amador.

Fue el otro suceso igual                             Pidámosle al redentor

Aunque menos lamentable,                       Que le de descanso y paz

Pero esta vez es notable                             Y unidos antes su faz

La tristeza y el dolor                                  Roguémosle en oración,

Por la muerte de Amador,                           Porque nuestra población

Nuestro amigo inolvidable.                           No vuelva a quemarse más.”

Fotograma del documental muestra el entierro del comerciante asturiano Amador Vega Vega, el 19 de septiembre de 1956, acompañado por el pueblo de Sola.Fotograma del documental muestra el entierro del comerciante asturiano Amador Vega Vega, el 19 de septiembre de 1956, acompañado por el pueblo de Sola.

Otro aspecto sí demostró su inconveniencia según nuestra reflexión: el cobro de la entrada a una parte del público, y ojalá no tengamos que jurar que no existe por quien suscribe la vocación de defender la mentalidad de gratuidades improcedentes, aunque tampoco vamos a ocultar que nuestra comunión es con la cultura no con la economía de los kilos.

Ninguno de las colaboraciones directas o indirectas de la actividad: papel, impresos, video beam, equipo de audio… sugirieron siquiera interés de retribución alguna, ni al menos de publicidad o sencillo reconocimiento, pues todos aspiraban a una participación altruista, comprendiendo la significación de esa noble idea.

Originalmente la actividad fue concebida para un espacio público abierto, donde no se limitaran las capacidades dado el carácter de interés local que aseguraba tener este material, y las invitaciones así lo indicaban: Centro comercial. No obstante, la inminencia pluviosa y el inconveniente –por la incomprensión culturológica de algunos directivos dada su falta de perspectiva- de que se produjera alguna manifestación de incultura durante la exhibición, al tener que convivir en un mismo espacio con las ventas de bebidas alcohólicas y todo lo asociado a ellas, decidieron tardíamente este traslado.

Por tanto, las invitaciones, que se distribuyeron además personalizadamente, no estaban diseñadas para la excepción de pago, sino como elemento de información y divulgación de la actividad, amén de obrar como detalle al distinguir a un grupo de pobladores: personalidades, maestros, habitantes de larga data en la localidad, etc.

Por si faltara algo que decir es este asunto, quiero recordar también, para hacer memoria –memoria histórica- que la propia construcción civil del cine Yenen, de tres largos años, está abonada, de principio a fin, por jornadas de trabajo voluntario de los pobladores de Sola, y como en ninguna otra obra edificada por la Revolución en el territorio –excepto las ESBEC- está expresado lo mejor de ella: creando el mundo que imaginamos.

Nada impedía programar el documental en los días posteriores a la premiere con un concepto recaudador, incluso como antesala a la cartelera de ficción prevista, en caso de que fuera improcedente variarla, dada alguna orientación normativa previa del ICAIC; sin embargo, el 28 de septiembre el estreno tenía, por razón de ser, una presentación y una concepción especial.

Del realizador Gustavo Pérez, a quién conociéramos en 1994 con el texto poético “Aunar lo imprevisible”, es autor de varios documentales: El viaje, premio Caracol de la UNEAC 1996; Despertando a Quan tri, Gran premio del Festival Nacional de Telecentros 2005 y premio Pobreza zero del Festival Internacional de Cine Pobre 2006; son apenas dos de sus obras reconocidas. Formó parte, igualmente, del jurado de documentales en la XXX edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Ostenta la Distinción por la Cultura Nacional y es miembro de la Uneac.

El realizador Gustavo Pérez, director del documental “Recordar es vivir”, intercambia con el público durante la presentación.El realizador Gustavo Pérez, director del documental “Recordar es vivir”, intercambia con el público durante la presentación.

Entre las autoridades y personalidades invitadas que prestigiaron -pero desde el mismo auditorio público- el programa de la actividad, hallábase: Rosa Font Sánchez, Diputada a la Asamblea Nacional, Eddy Saturnino Manso Pelaez, Integrante de la Columna Guerrillera № 11 Cándido González del Ejército Rebelde y sobreviviente de la emboscada y masacre de Pino 3, Oslaida Michel Nápoles, Jefa de Programación del Centro Provincial de Cine en Camagüey, Diana Pérez Calderón, Directora Municipal de Cultura de Sierra de Cubitas, Gisela Armas Morales, Directora de la Escuela Secundaria Básica Urbana de Sola Pedro Alejandro Padrón Alemán, Reynaldo Martínez Jedú, Director de la Casa de Cultura Municipal y Oneyda González González escritora y guionista.

Resulta innegable que la ocasión y el programa de estreno del documental “Recordar es vivir”, pareciera casi un bien público (no poca cosa) dentro de una actividad para conmemorar la fundación, devenida en un acontecimiento refundador.

Como invocó uno de los oradores la noche del 28 de septiembre de 2012, al referirse a los pobladores fundamentales que por ley de la vida no estaban presentes, “al menos esta noche “Sola no está sola”, y no lo estuvo, muchos le acompañamos. (Fotos: Autor)

Actuación de los Instructores de arte Víctor Hugo Domínguez y Danisleidy Escobar.Actuación de los Instructores de arte Víctor Hugo Domínguez y Danisleidy Escobar.