ESPECIAL

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Desde el 2015, embriagado invariablemente por el ansia de socializar a lo grande los resultados investigativos de la localidad, comenzamos a manufacturar un dossier de formato impreso y condensado a manera de “lead”, que incluyera cronológicamente acontecimientos históricos del territorio municipal en diversos ámbitos de la vida local, pero enfatizando la cultura, área a la que me vinculo asalariadamente y por igual estructuro desde allí mis utopías.

Luego, justamente en una búsqueda estilizada del diseño y también para optimizar el aprovechamiento del soporte, intuimos la conveniencia de incorporarle -como valor agregado y de complemento- un calendario, ocupando así las dos caras del papel. Ya finalizado y orientado hacia el año siguiente fue distribuido públicamente a inicios del 2016. Lógicamente, un noble esfuerzo con material efímero pasó sin advertirse al no corresponderse la significación del contenido con la precariedad material de aspectos claves del significante.

Este evidente imponderante del debut nos enfiló de bandazo a la forma, casi como algunos criterios formales y actuales de la estética que en sus consideraciones sobre el arte contemporáneo vislumbran muchas veces cómo el “simple” tratamiento de una forma puede convertirse en un contenido de la obra, aunque no sea el principal.

Tal predominante ordenación nos asegura no solo un nuevo punto de partida, si no también no morir en el parto por causales que nunca superannuestra experiencia.

Aunque apenas podré justificar las expectativas que pudieran avivarse, es importante mencionar los tramos en que el afluente tiene más caudal de agua que la corriente principal en que converge. Un almanaque, tal vez por ser símbolo de año nuevo, resalta generalmente lo atractivo, sitios de gran belleza campestre, marina, urbana, fluvial… destacando del mismo modo las reseñas sobre conmemoraciones festivas, nuestro anuario reconoce esta tradición, pero incorpora además–sin vacilar ni competir con lo anterior- fechas significativas dramáticas y luctuosas, que a veces se equilibran alternando la contraposición de imagen y texto.

Amontonadas, como los pasajeros en la puerta de una guagua del horario pico, forcejean las distintas ideas y sus impulsos, que sin embargo lentamente se filtran a través de un criterio de selección humano y subjetivo, que no es lo mismo que subjetivismo.

Por ejemplo, debe hallarse un balance entre los asuntos del pasado y del presente, debe haber una amalgama temática (sucesos fundacionales, personalidades, acontecimientos bélicos, eventos artísticos, religiosos, oficiales…) y de ámbitos que van de lo político a lo histórico, pasando por lo social y lo económico, pero –aunque discutible- jerarquizando el perímetro de la cultura.

Introduciendo a la vez variedad de combinaciones, a veces se relacionan un grupo de hechos con menor rango de un sectory su contrapeso es un solo evento de otra área pero más significativo, cualidad que se distingue explícitamente o con una información abundante y mejor ubicada.

Fue antojoso un tercer dilema, exponernos ahora únicamente a publicitar todo lo más relevante, ante la duda de si podremos materialmente emprender otras ediciones en los años por venir, o nos reservamos –aún con ese riesgo- una parte de estos para el almanaque del centenario de la fundación del poblado de Sola a celebrarse en el 2020. Optamos por la última previsión.

La proximidad y la trascendencia de ese acontecimiento fundacional de nuestra historia que bautizaría el poblado certificaron una tesis inédita aún pero ya escrita antes: “La Gloria, La Comunidad Cubitas y Sola diseñan la historia de una familia que ha pasado por buenos y malos momentos en las relaciones de sus miembros, sin idilio aún, pero interdependientes en el pasado y el presente vivido, con salida común y merecedoras del mismo bienaventurado destino. Si en este mensaje recargo ‘caprichosamente’ una de las partes, es simplemente porque en ella siento más mis derechos y me complacería suficiente si ese desdén inevitable convida a otros corceles probados en el resto del valle y en toda la Sierra de Cubitas”.

Igualmentese se nos puede impugnar, por parte del público interno, la falta de tratamiento a asuntos de gran relevancia de los que solo aparece una breve mención y de los que existen cuantiosos testimonios como resultado de la investigación misma.

Al respecto no es posible omitir que se trata de abordajes relativamente recientes, que sin duda ampliaron los hallazgos investigativos, pero ocurrieron luego que la elaboración del proyecto de almanaque había concluido a finales del 2016 con salida prevista para el mes de enero del año siguiente, y que ante el inconveniente mismo de su envió a tiempo desde el exterior debieron posponerse para el actual en curso.

Un ulterior detalle, que no puede estigmatizar este noble y soñador esfuerzo, es la insuficiente cantidad de impresos de apenas solo 20 ejemplares, los que también impondrán un reto a los que nos encarguemos de su distribución, la que intentará atemperar su impacto favoreciendo destinos de uso colectivo, pero atendiendo también criterios de conservación, de relaciones públicas, de reconocimientos y de compromisos individuales.

Aspiro a que este particular almanaque tenga uso y utilidad entre mis coterráneos, que no se fijen tanto en hasta donde llegué sino vean en él hasta donde quisiera llegar, no se interesen tanto si di en el blanco sino más bien si apunté lejos, si pasó al menos la loma de Las 40, pues como ingenieros lo importante no es dar en el blanco sino el arco que describe la flecha hacia él. Finalmente solo quiero agradecer a todos los que a partir de ahora -y a los que siempre de algún modo- me ayudan a laborar los sueños.