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Oportunidad que como ponente empleó para explicar, que a diferencia de otras culturas milenarias de algunos pueblos orientales o de los procesos formativos de las culturas y naciones de Europa, anteriores en el tiempo y en nuestros días obviamente “adultas”, el caso de Cuba, en lo relativo a nuestra nacionalidad y sus procesos esenciales, se inscribe jurisdiccionalmente en torno al recorrido de una centuria, por su interior y propia historia y por los heterogéneos y complejos factores de interacción e integración cultural.

Esta interesante observación, esclarecedora de determinada particularidad de nuestra cultura en contexto foráneo, es aún valida y sustancial para persuadir a quienes estiman “cuasi-efímero” el significado auténtico de algunos acontecimientos locales.

El pasado 5 de febrero de 2018, sin que vaya a pagar ahora con arrepentimiento tal decisión, me trasladé en la noche, en un recorrido de 8 kilómetros y en un semi-ómnibus, hasta la vecina comunidad de La Gloria.

Tenía el propósito de compartir como espectador, junto a sus pobladores e invitados, y a la vez percibir directamente desde mi subjetividad investigativa, más que el estreno en dicha localidad del documental “Gloria City” (1, ver pie e artículo) , el acontecimiento cultural, social y especial que pudiera producirse. Por cierto, se trata de la cuarta versión audiovisual sobre el asentamiento original de extranjeros: La Gloria City –predominantemente norteamericanos- que dio lugar como antecedente casi urbano al poblado actual.

Ventanas originales pertenecientes a la vivienda de William Stokes, el último norteamericano con residencia en La Gloria.Ventanas originales pertenecientes a la vivienda de William Stokes, el último norteamericano con residencia en La Gloria.

Aunque nos perdimos el umbral fugaz e intenso –supongo- de la apertura y casi furtivamente en grupúsculos afines nos fuimos acompañando al bajar, antes de integrarnos como un todo a la gran masa de pobladores concentrados en la plaza de la exhibición, mi primera sensación fue la de que nos colábamos en una fiesta que no esperaba de nosotros.

No obstante, a ser alguien poco dado a aquello de “borrón y cuenta nueva”, frente a mí se imponía oportunamente la disposición animada y organizada de la multitud y la plaza, reflejándose a través de ellas también la preparación minuciosa de la localidad y hasta el decisivo apoyo de instancias provincias que siempre imantan inusuales presencias del territorio.

Y mis ojos además vieron una extensa parte del público, en la que prevalecían niños, personas mayores y invitados especiales, cómodamente sentados presenciando con ansia el devenir reflejado de su pueblo, y uno mismo, ya proyectándose aquella legendaria historia del lugar, no perdería más tiempo a la caza de “los buenos demonios” de la naturaleza humana, para concentrarse definitivamente en el hechizo de la pantalla, como si estuviera en el cine teatro Caridad de Sola, agradeciendo la posibilidad de aquella fresca recepción. Porque, aunque se haya hablado aquí de tres antecedentes, estos sucedieron –como primicia- cuando no podía aún abarcarlos con mi razón.

Elemento funerario original del Cementerio de La Gloria City.Elemento funerario original del Cementerio de La Gloria City.

La realización del documental recayó protagónicamente en un dueto de compinches, para todos nosotros la conocida actriz cubana Isabel Santos, para mí la muchacha que mi amigo Sergio Basulto iba a ver de Sola 1 a Sola 5 en 1976, en un tiempo en que si una mujer nos sonreía íbamos en tren hasta Baracoa: “ya se fue aquella edad…”, ella a cargo de la dirección, pero quién también está unida al lugar por lazos familiares cercanos y la ya omnipresencia del escritor Enrique Cirules, quién recogiera salvadoramente –en forma de testimonio- dándole a aquella suelta memoria rango de historia, con su libro “Conversación con el último norteamericano”.

Por tanto, y al igual que la novela que los inspiró a casi todos, han sido –las mías- siempre recepciones posteriores y únicamente al material histórico artístico, separado del contexto de su tiempo y espacio original e inaugural.

Desde luego, a la espera de esta cuarta “puesta en escena” me atraía lo “novedoso” o desconocido sobre el tema que aquí fuera a mostrarse, considerando además mis múltiples relecturas de las seis ediciones para el lector nacional del impreso mencionado.

Por supuesto, al emplear prejuiciadamente en el texto el adjetivo “novedoso”, por lo relativo de su interpretación en este encadenamiento, quería desmarcarlo de novedad refiriéndome no tan solo a lo tratado por primera vez en el último audiovisual, sino a un concreto asunto del que yo personalmente pudiera desconocer su existencia.

Por ejemplo, este documental es una novedad por su realización reciente, pero no por abordar dicho tema, tampoco por construir su estructura básica con las narraciones de Cirules y éste montarla sobre la guía de la obra literaria, alternando en ocasiones con testificaciones de vecinos claves del lugar.

A riesgo de parecer exigente y condescendiente a la vez, el único aspecto de aparición nueva completamente; por su mismo contenido: conservar la memoria a través de evidencias tangiblesde valor museables y la propia generación a que pertenece el protagonista desmarcado de los portadores habituales, ha sido incluir la colección de objetos históricos y abordar con reconocimiento la iniciativa aislada, individual y admirable del Promotor Cultural e instructor de arte Yudel Pacheco. No solo reflejando su existencia sino comprendiendo su significación y descubriéndose a los públicos.

Promotor cultural Yudel Pacheco muestra a los pinos más nuevos la importante Colección de objetos museables.Promotor cultural Yudel Pacheco muestra a los pinos más nuevos la importante Colección de objetos museables.

El documental, mirando más allá de mí, confirma su preferible acierto no solo difundiendo la providencial existencia de una singular historia, en la que nació nuestra querida La Gloria, si me permiten coquetearla así, sino vislumbrando casi consanguíneamente, a parte del enlace forjado por Stokes y abonado por Cirules, la trascendencia de dicho atípico atributo y al refrescarla ahora nuevamente la revela para otros públicos y los mismos públicos.

Pie de artículo

  1. La premier del mismo había tenido lugar en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana pasado y donde obtuviera dos premios colaterales, además le había sucedido otra presentación en el multi-cine Infanta a inicios de este año.