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Foto: noticiasdelacienciaFoto: noticiasdelacienciaUn hombre con tetraplejia se ha convertido en el primer receptor de sistemas implantados que permiten estimular los músculos y registrar las señales del cerebro. Mediante estos sistemas, se le ha reanimado una extremidad que había tenido inmóvil durante 8 años.

Bill Kochevar agarró una taza de agua, se la acercó a los labios y bebió a través de una pajita. Sus movimientos eran lentos, pero es que Kochevar no había movido su brazo derecho desde hacía ocho años, y solo ahora podía volver a hacerlo. Con el fin de prepararlo para usar de nuevo su brazo, a Kochevar se le enseñó primero a utilizar las señales de su cerebro para mover un brazo de realidad virtual en una pantalla de ordenador. Logró hacerlo en apenas unos minutos.

Aparte del movimiento que le sirvió para beber agua de la taza, también ha conseguido ejecutar otros muchos de utilidad práctica para él.

Hasta donde sabe el equipo de investigación y desarrollo, Kochevar, quien estaba paralizado desde los hombros hacia abajo debido a un accidente de bicicleta, es la primera persona con tetraplejia en el mundo que ha recuperado el movimiento de brazo y mano con la ayuda de dos tecnologías implantadas temporalmente.

Su cerebro está reconectado a los músculos paralizados gracias a una interfaz cerebro-ordenador, que posee electrodos de registro bajo su cráneo, y un sistema de estimulación eléctrica funcional

Kochevar es el centro de atención del equipo de investigación y desarrollo de Bob Kirsch, de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, Ohio, Estados Unidos.

El neurocirujano Jonathan Miller, de la misma universidad, lideró el equipo de cirujanos que implantó los dos conjuntos de electrodos de 96 canales, cada uno del tamaño de una aspirina infantil, en la corteza motora de Kochevar, en la superficie del cerebro.

Los electrodos registran las señales cerebrales creadas cuando Kochevar se imagina el movimiento de su propio brazo y mano. La interfaz cerebro-ordenador extrae la información de estas señales cerebrales acerca de qué movimientos pretende hacer, y después la transmite como orden a ejecutar al sistema de estimulación eléctrica, que a su vez provoca la activación de los músculos pertinentes del modo necesario.