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Brasilia, 27 abr.- Una hormiga de 113 millones de años que vivió en el noreste de Brasil es hoy el ejemplar de ese tipo de insecto más antiguo conocido por la ciencia.

Conservada en piedra caliza, la hormiga es un miembro de la Haidomyrmecinae, una subfamilia extinta que vivió solo durante el período Cretácico, el último de la era Mesozoica y el más largo de la historia geológica del planeta, con una duración de unos 77 millones de años.

Estos himenópteros poseían mandíbulas altamente especializadas, en forma de hoz, que probablemente utilizaban para inmovilizar o empalar a sus presas.

“Nuestro equipo descubrió una nueva especie fósil de hormiga, que representa el registro geológico más antiguo e indiscutible de hormigas”, afirmó Anderson Lepeco, del Museo de Zoología de la Universidad de Sao Paulo (USP), autor del estudio y citado por el portal R7.

Lo que hace que este descubrimiento sea particularmente interesante es que pertenece a una especie extinta conocida por sus extrañas adaptaciones depredadoras.

A pesar de pertenecer a un linaje antiguo, esta especie ya presentaba características anatómicas altamente especializadas, lo que sugiere comportamientos de caza únicos, añadió.

Hasta ahora, en Francia y Myanmar fueron descubiertas las hormigas más antiguas, pero preservadas en ámbar, en lugar de en piedra caliza.

Lepeco y su equipo descubrieron esta espécimen de hormiga «notablemente bien conservado», mientras examinaban colecciones de insectos fósiles más grandes del mundo, de la Formación Crato en el estado de Ceará (noreste), depósito reconocido por su excepcional preservación.

Tal colección está albergada en el Museo de Zoología de la USP. “Cuando encontré este extraordinario espécimen, inmediatamente reconocimos su importancia, no solo como una nueva especie, sino como potencialmente la evidencia definitiva de la presencia de hormigas en la Formación Crato”, señaló Lepeco.

Las imágenes de microtomografía computarizada (técnica de imágenes en 3D que utiliza rayos X para visualizar el interior de un objeto) mostraron que la hormiga recién descubierta estaba estrechamente relacionada con insectos primitivos, pues anteriormente solo se conocían a partir de especímenes preservados en ámbar birmano, un tipo encontrado en Myanmar.

A diferencia de las modernas, que tienen mandíbulas que se mueven lateralmente, esta tenía unas que se extendían hacia adelante, paralelas a la cabeza, y una proyección facial anterior a los ojos, señalaron los estudiosos.

R7 apunta que el hallazgo de una hormiga anatómicamente tan especializada de hace 113 millones de años pone en entredicho suposiciones sobre la rapidez con la cual estos insectos desarrollaron adaptaciones complejas. (Texto y foto: Cadena Agramonte)