EE.UU, 16 may.- Un reciente estudio de la NASA sobre la gravedad lunar está revelando nuevas pistas sobre por qué los dos lados de la Luna son tan diferentes. La investigación, basada en datos de la misión GRAIL (Laboratorio de Recuperación de Gravedad e Interior), muestra que el interior profundo de nuestro satélite tiene una estructura asimétrica.
Los científicos descubrieron que esta asimetría fue causada por intenso vulcanismo en la cara visible desde la Tierra hace miles de millones de años. Durante su órbita, la cara cercana lunar se flexiona ligeramente más que la cara lejana debido a la influencia gravitacional terrestre, un fenómeno conocido como "deformación de marea". Esta diferencia en flexibilidad confirma variaciones significativas en el manto lunar entre ambas caras, explicando finalmente por qué sus superficies tienen apariencias tan distintas.
"Nuestro estudio muestra que el interior de la Luna no es uniforme: el lado que mira hacia la Tierra – la cara cercana– es más cálido y geológicamente más activo en profundidad que la cara lejana", dijo Ryan Park, supervisor del Grupo de Dinámica del Sistema Solar en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California y autor principal del estudio publicado en la revista Nature.
Vulcanismo y temperatura: claves del manto lunar
La cara de la Luna que vemos desde la Tierra está dominada por extensas llanuras llamadas "mares", formadas por antiguas corrientes de lava solidificada. En contraste, la cara oculta presenta un terreno irregular con escasas llanuras.
Durante años, los científicos han teorizado que un intenso vulcanismo en la cara visible provocó la acumulación de elementos radiactivos generadores de calor en ese lado del manto lunar. El reciente estudio proporciona la evidencia más contundente hasta ahora para confirmar esta teoría.
Las mediciones revelan que el manto de la cara cercana es entre 100 y 200 grados Celsius más caliente que el de la cara lejana. Esta notable diferencia térmica parece mantenerse gracias a la descomposición radiactiva de elementos como el torio y el titanio, concentrados en la cara visible de nuestro satélite.
El diámetro de la Luna de aproximadamente 3,475 km es un poco más de un cuarto del diámetro de la Tierra. El manto lunar es la capa ubicada debajo de la corteza y por encima del núcleo, abarcando una profundidad de aproximadamente 35-1,400 km bajo la superficie. El manto constituye aproximadamente el 80 % de la masa y volumen de la Luna y está compuesto principalmente de los minerales olivino y piroxeno, similar al manto terrestre.
"El hecho de que la asimetría detectada en el manto coincida con el patrón de la geología superficial –por ejemplo, diferencias en la abundancia de los basaltos mare (roca volcánica) de aproximadamente 3-4 mil millones de años entre la cara cercana y la lejana– sugiere que los procesos que impulsaron el antiguo vulcanismo lunar siguen activos hoy", dijo Alex Berne, científico
planetario computacional de Caltech y coautor del estudio, afiliado al Laboratorio de Propulsión a Chorro que trabaja en el diseño de sensores de gravedad para misiones al sistema solar exterior.
El mapa gravitacional de GRAIL
Los científicos analizaron durante años los datos recopilados por las naves Ebb y Flow de la misión GRAIL, que orbitaron la Luna en 2011-2012. Según Ryan Park, este trabajo ha proporcionado "el mapa gravitacional más detallado y preciso de la Luna hasta la fecha".
Este mapa revolucionario no solo mejora nuestra comprensión del satélite, sino que establece las bases para futuros sistemas de navegación lunar, fundamentales para próximas misiones exploratorias. La metodología empleada podría aplicarse a otros cuerpos como Encélado (luna de Saturno) y Ganímedes (luna de Júpiter), potenciales candidatos en la búsqueda de vida extraterrestre.
Park resalta que la Luna estabiliza la rotación terrestre y genera mareas oceánicas, influyendo en nuestros ecosistemas. Aunque hemos avanzado en su conocimiento, muchas preguntas sobre su estructura profunda permanecen sin respuesta, manteniendo a nuestro vecino cósmico como un fascinante objeto de estudio científico. (Texto y Foto: Cubasí)