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Como si fuera verdad de Perogrullo, la naturaleza siempre brinda sorpresas en cualquiera de sus vastos terrenos: ahora sucedió con una fruta bomba cuya forma puede ser descrita a priori de la imaginación personal.

El campesino Eduardo Denis, perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Wilfredo Díaz, en el asentamiento rural San Joaquín, en el municipio matancero de Jagüey Grande cultivó el fruto con una imagen que algunos lo ven como un centro de mesa, otros como un murciélago y hasta como un rara avis.

Lo cierto es que Wilfredo disfrutó de las libras de esta fruta clasificada en la especie de la Carica papaya. (Cubadebate)