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Cuba frente a Guatemala en el Grupo D de la Copa Oro 2023 de la CONCACAF. Foto: Tomada de Alma Mater.Cuba frente a Guatemala en el Grupo D de la Copa Oro 2023 de la CONCACAF. Foto: Tomada de Alma Mater.

Resta poco tiempo para despedir el 2023 y el balompié en la mayor de las Antillas cierra con una imagen alejada del cambio esperanzador que desprendía la llegada de los internacionales, hace poco más de dos años.

Fue el 24 de marzo de 2021 cuando se abría un camino de ilusiones para el aficionado isleño, agobiado de breves pinceladas con buen fútbol, mientras las goleadas se acumulaban casi partido a partido.

Por aquel entonces y, bajo la dirección técnica de Pablo Elier Sánchez, los primeros en vestir la elástica de los Leones del Caribe eran Carlos Vázquez, Jorge Luis Corrales, Joel Apezteguía y Onel Hernández, siendo este último el que generaba mayor expectativa por proceder de las canchas inglesas jugando para el Norwich City. Hoy, el nacido en Ciego de Ávila y desarrollado futbolísticamente en Alemania, ha permanecido en esa zona del campo en la cual la fanaticada teme no volver a verle con los colores nacionales.

Esta es una de las tantas preocupaciones de un elenco cuya restructuración con Yunielys Castillo, como relevo de Pablo Elier, despierta inconformidades en una nación donde el béisbol es pasión, pero el fútbol, fuera de fronteras, compite en los gustos hogareños.

La última convocatoria para enfrentar a Rusia en un partido amistoso ya escribía esa crónica que en no pocas ocasiones anuncia el destino de los antiguos gladiadores.

El 8–0 en tierra de “zares” molesta al mismo nivel que describe la incapacidad evidenciada por los futbolistas cubanos para generar al menos algunos chispazos de competitividad, esa que tampoco se dejó en el verde en otros partidos en las cuales incluso los tres puntos fueron a manos de los nuestros. Si bien el rival y la excesiva juventud de los elegidos por el entrenador resultaban la mezcla perfecta para ser masacrados, la portería llena de balones no es la peor conclusión extraída del duelo ante los europeos.

Al repasar estadísticamente la actuación de la Selección Cubana de Fútbol, desde la fecha del arribo de los llamados “legionarios” hasta la derrota ante Honduras en el duelo que puso fin a la aventura caribeña en la Liga de Naciones de CONCACAF, ambos entrenadores muestran un balance de 8 éxitos, 7 fracasos y 2 empates.

A ello agregar que se han anotado 21 goles y se han recibido 19, siempre con la necesaria aclaración que tales números corresponden a enfrentamientos solo de torneos oficiales; aquí los partidos amistosos no se han contabilizado. Ojo, de haberlo hecho la realidad sería diferente, sobre todo al mirar los tres últimos, pues Chile, Uruguay y Rusia le han impedido a Cuba cualquier opción de victoria, ni siquiera de igualada, con 13 tantos para los rivales y ninguno para los de casa.

Estadísticas de Cuba en eventos oficiales de 2021 a 2023

Más allá de cifras, el venidero mes de marzo pondrá más leña o no en el fuego futbolero nacional, si definitivamente los rumores que mueven el balón a través de las redes sociales se confirman, respecto a la continuación de ausencias notables en la próxima convocatoria. Sin darle oficialidad, ese es otro de los detalles negativos que rodean al más universal en el archipiélago. Persiste un notable déficit comunicativo, desde las oficinas hasta las diferentes plataformas que tienen la misión de informar.

Las lesiones son entendibles, tanto como las decisiones técnicas, pero que la frase "Problemas personales" no se aleje de las justificaciones ofrecidas una y otra vez, no termina de ser convincente. Importante, la crítica no es hacia los jugadores, sino a los encargados de desmontar toda esa sarta de inquietudes generadas por la escasez de explicaciones. Por cierto, este mal se arrastra a la par de esos amargos momentos en los cuales el resultado tampoco ayuda a calmar los ánimos.

Existe otra realidad no menos importante y se deriva del planteamiento táctico para afrontar los últimos duelos. Claro que tiene mucho valor la permanencia en la primera categoría de la Nations League de CONCACAF, pero las maneras también cuentan y las deudas balón al pie son palpables en una selección que se agarra a mantener el arco en cero. Una vez que los contrarios perforan las redes cubanas, el sueño de alcanzar al menos una unidad se desvanece como hielo en verano.

Y ser sólidos atrás no es un sacrilegio ni una ofensa al fútbol, pero una vez que al rival le cuesta sobrepasar el entramado defensivo se hace necesario poseer criterio en los metros que están por delante para intentar herir o en alguna medida, preocupar al rival.

El recurso del balón largo no debería ser el único elemento para acercarse a la portería contraria, menos cuando en un gran cúmulo de veces la esférica viaja a zonas donde no hay manera de hacer daño. Hay responsabilidad de los que visten de corto pues son ellos los dueños de la redonda, pero si el equipo evidencia falta de trabajo, la mano del entrenador pasa a ser la más señalada y, con razón. De momento detenemos la otrora blanquinegra, pero queda tela por donde cortar.

(Cubadebate)