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bbimagehandler.ashxbbimagehandler.ashxLos cubanosLázaro Blanco, William Saavedra y Carlos Benítez integraron el equipo Todos Estrellas de la Serie del Caribe de béisbol ganada hoy por Criollos de Caguas al derrotar 1-0 a Águilas de Mexicali en duelo de altos quilates extendido a 10 entradas.

La noticia no deshizo la frustración reinante en Alazanes de Granma por su derrota en semifinales a manos del propio elenco de casa, pero fue bien acogida por los integrantes de su nómina, ganadora en tres de los cuatro cotejos enfrentados en preliminares.

Blanco, lanzador derecho, solo permitió una carrera limpia en las 13 entradas y un tercio sumadas en sus desempeños contra Tigres de Licey (República Dominicana) y la formación anfitriona, duelos en los que se anotó éxito y desliz, respectivamente.

El inicialista Saavedra promedió para .375 en la fase eliminatoria y se convirtió en el primer doble jonronero de la isla después del regreso de esta, y el camarero Benítez vivió su consagración internacional al batear para .538 y brillar a la defensa en ese propio segmento de la lid.

EL MONARCA

Con una actuación soberana de sus lanzadores y elevado de sacrificio de oro de Jonathan Morales, los Criollos de Caguas conquistaron el título del certamen con triunfo 1-0 sobre los Águilas de Mexicali.

Diez entradas tuvieron que batallar los puertorriqueños para exorcizar sus demonios y subir al trono de la competición por primera vez desde el año 2000, cuando Cangrejeros de Santurce alzó el trofeo.

El ambiente era impresionante, de fiesta y expectación. Miles de personas dentro y fuera del estadio de Culiacán aguardaban por la coronación del conjunto azteca y unos pocos -casi todos periodistas- otorgaban chances a la nave boricua.

Y el partido fue una joya. Impecable desde todos los puntos de vista. Un legítimo duelo de lanzadores entre el soberbio staff de los mexicanos y el renacido cuadro de Caguas, que llegó al borde del abismo en la clasificatoria, con derrotas en sus tres primeras presentaciones.

Los abridores Adalberto Flores por los de Borinquen y Héctor Velázquez por los anfitriones se enfrascaron en un soberbio reparto de ceros en cada entrada que lanzaron, incluso el visitante mantuvo a México sin hits ni carreras hasta el sexto inning con un out, cuando Jorge Carrillo disparó sencillo al jardín izquierdo.

Curiosamente ambos iniciadores salieron del montículo por problemas en las manos de lanzar (ampollas). Sin embargo, el bullpen de cada equipo cumplió su rol a la perfección y el partido se mantuvo sin anotaciones tras finalizar los nueve episodios de libro.

Así, todo llegó a entradas extras y la presión tomó ribetes más estresantes. México iba por su título 10 en estas lides y Puerto Rico soñaba con su cetro 15. La mesa estaba servida para el momento cumbre.

Los Criollos abrieron con doblete de Yadier Rivera, y acto seguido Jesmuel Valentín se sacrificó en toque de bola para llevar el corredor a tercera base. Todo ante el estadounidense Jake Sánchez, mejor relevista de la Liga Mexicana del Pacífico.

Entonces, con un ruido ensordecedor en las tribunas, Jonathan Morales disparó elevado de sacrificio al jardín central y Rivera anotó la carrera de la ventaja, la del título, la que rompió con 17 años de sequía.

Del resto se encargó Miguel Mejía, quien cerró a todo tren el final del décimo inning y finiquitó la coronación del Caguas, cuarta en estas lides tras las cosechadas en 1954, 1974 y 1987.

Precisamente, Mejía se llevó el crédito de la histórica victoria, con trabajo impecable de relevo durante dos entradas en las que apenas admitió un hit.

De la bulla ensordecedora imperante en el estadio de Culiacán desde el comienzo del juego, todo pasó a un silencio sepulcral.

Solo se escuchaban a los boricuas celebrando en el centro del diamante del modernísimo parque.

De estar al borde de la eliminación, los Criollos pasaron a dar la gran sorpresa del torneo, tras eliminar en semifinales a Venezuela y a México por la corona.

Bolas redondas para cajas cuadradas, el béisbol es una ciencia tan inexacta que es prácticamente indescifrable. Cuando todos apostaban por México, Cuba o Venezuela, resulta que los boricuas dijeron presente y se llevaron el trofeo a casa.

Aquí, en Culiacán, los mexicanos ya ahogan las penas con puro tequila, pero seguro en Puerto Rico se vive uno de los momentos más espectaculares del presente siglo, la trascendencia de esta coronación de los Criollos será juzgada por la historia como algo único, relevante en extremo.

Atrás quedaron 17 años sin títulos. El patito feo de la competición se convirtió en cisne.

Puerto Rico campeón. Los Criollos y todo Borinquen a celebrar.(Texto y foto: JIT)