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Foto: archivoFoto: archivoNov, 2019.- Desde tiempos remotos los valores morales son comunes a todos los seres humanos independientemente, del idioma, la cultura, la posición social, o la raza.

Sin embargo mucho se habla de valores por estos tiempos sin conocer siquiera cómo se forman y quiénes son los responsables de transmitirlos, además muchas personas desconocen de su existencia.

Lo primero es estar claros que no se nace con ellos y se forman a través de la vida, en las relaciones humanas, en la interacción con el mundo.

El amor, la amistad, la generosidad, la honestidad, la solidaridad, la modestia, el desinterés, el respeto, la humildad, la disciplina, son algunos de los que hacen a las personas más valiosas.

Pero los valores no se aprenden solo en la escuela, en la casa o en la sociedad por separado, sino que se forman tomando un poco de aquí y otro de allá.

Cada día se convive con manifestaciones indebidas y no se enfrentan por no buscarse problemas, pero sin embargo si se critican y no precisamente de la mejor manera.

Los valores  se forman con el ejemplo, no con el verbo. De nada vale exigirle a un niño cuando no se corresponde la palabra con la acción.

Y muchas veces se cree que la mejor manera es llenarlos de juguetes, ropas y objetos que no ganaron con su esfuerzo, en vez de brindarles amor y tiempo para que aprendan que los sentimientos valen más que los bienes materiales.

Por esta razón se debe insistir que la familia y la escuela juegan un importante papel en la formación o pérdida de principios, ellos son los principales responsables  que crezcan hombres buenos, disciplinados, honestos respetuosos de las leyes, desinteresados por lo material y que vean al trabajo como la forma principal de adquirir bienes.

Los valores humanos a mi juicio se forman con el actuar diario, crecen de manera natural, como una suma de todas las experiencias vividas, se aprenden cuando desde la cuna los modelos son un ejemplo a seguir y los límites rectos.

El amor propio, el respeto y el pudor deben prevalecer, ahora más que nunca no se puede retroceder, esta lucha es de todos hacia un futuro mejor, enfocado en el mejoramiento humano y la utilidad de la virtud, premisa martiana a defender.