Pin It

Foto: ArchivoFoto: ArchivoEnero, 2019.- La flor que sostiene la mirada, cuando la vista cansada busca algo alentador, así fue Celia Sánchez Manduley, mujer de extraordinaria sensibilidad humana que acunó en la hoguera de su corazón el sufrimiento de los desposeídos para regarle alegría fraterna de la justicia y el mejoramiento humano.

Alfarera de la vida, que moldeó con sus manos ávidas de amor el jardín de la existencia hizo gala a su segundo nombre, Esther de los desamparados. No hubo en ella tiempo para el descanso, su oído siempre estuvo aguzado para escuchar las necesidades de los humildes, para dar respuesta oportuna y la esperanza de una solución decorosa.

Mariposa, flor que disparó al enemigo, se incorporó el 19 de marzo de 1957 a la Sierra Maestra como combatiente del Ejército Rebelde convirtiéndose en la primera mujer que ingresó a sus filas. Pronto su personalidad adquirió autoridad entre los soldados y líderes del ejército revolucionario ubicados en la comandancia general. Fue la principal promotora de la creación del pelotón femenino Mariana Grajales.

A cuarenta años de su desaparición física, la fragancia de su ejemplo germina en el jardín de la patria agradecida que contempla orgullosa, la flor autóctona de la revolución cubana.