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Foto: Cortesía del entrevistadoFoto: Cortesía del entrevistadoMar, 2020.- Desde los inicios de la Revolución, Cuba se ha caracterizado por su solidaridad con los pueblos más necesitados.

Un ejemplo de ello es la ayuda médica internacionalista a países como Bolivia, Haití, Venezuela y otros que han tenido la mano amiga de esta pequeña Isla.

Ser médico…

Mario Méndez Matías de 27 años de edad es un ejemplo de esos jóvenes galenos de Sierra de Cubitas que apoya a los más necesitados en la hermana República Bolivariana de Venezuela y cuenta con mucho orgullo lo que para él significa ser médico.

Periodista: ¿Desde cuándo comenzó a gustarte la medicina?

Mario Méndez Matias: En realidad mi mamá desde que era niño decía que sus dos hijos iban a ser médicos, fue entonces a partir de ahí que comencé a interesarme poco a poco por la profesión, aunque te confieso que pude haber estudiado alguna ingeniería, me gustaban mucho las matemáticas.

P: Entonces después de realizar los exámenes de ingreso comenzaste a estudiar la carrera.

MMM: Sí, tuve una fuerte preparación en 12 grado para las pruebas, me apoyaron muchísimo profesores muy buenos como Joel en matemáticas, Genny en Historia y Luseibi en español, sin el esfuerzo de ellos no hubiese pasado, porque cuando concurrí a llenar la boleta de las carreras no tenía promedio suficiente, entonces pedí enfermería, y cuando fui al test psicométrico, una querida amiga, Ana María Hevia trabajadora de salud me hizo cambiar a medicina y luchar hasta el final, a ella también le debo lo que soy hoy día.

P: ¿Cuánto te ha aportado la carrera como persona?

MMM: Muchísimo, la medicina siembra y luego hace reproducir todos los sentimientos de empatía necesarios hacia la población, el dolor de cada paciente, las miles de formas posibles de ayudar al que viene necesitando a veces un poquito de atención, una mano en el hombro y una frase que lo haga confiar cómo "sabe usted que puede contar conmigo".

Mira no hay nada más lindo que presenciar el nacimiento de un niño, el apretón de manos temblorosas de un anciano aparejado de la frase "gracias mi médico", son eventualidades que te llenan el corazón y estimulan las ganas de seguir trabajando, de aportar salud y bienestar.

P: Algunas personas piensan que los jóvenes doctores que se vienen formando no son tan buenos como los de antes, ¿qué crees al respecto?

MMM: La ideología del cubano es muy vasta, y una de las principales características es crear polémica, no hay reparto, calle, esquina, mesa de dominó por la que pase y no esté debatiendo de cualquier tema, es algo que ya viene con nuestro ADN, que si es mejor el fútbol o la pelota, de política, de música, de todo. Hay tanta cultura general- integral que a veces los pacientes te sorprenden con el amplio conocimiento que tienen sobre la medicina sin haber estudiado en una universidad, eso quiere decir que todo se basa en experiencia, pero en algún momento todo médico fue joven doctor y me imagino que en su tiempo los comparaban de igual forma con sus coterráneos de más año de labor.

Para mí lo más importante es que la población se sienta bien atendida y le den un poco más de confianza a las nuevas generaciones, esas que aprenden cada día de los más experimentados.

 

P: ¿Cuándo te dijeron que ibas a cumplir misión internacionalista en Venezuela que sentiste?

MMM: Estaba trabajando, muchas cosas pasaron por mí mente, hasta sentí un poco de miedo, pensé en decir que más adelante iría, pero es que el cubano tiene arraigado el sentimiento de solidaridad desde que nace.

Es una base fundamental para la carrera, ya no solo es ayudar a la población cubana, sino a todas las personas que de una forma u otra no tienen acceso a medicamentos, asesoría médica, primeros auxilios, exámenes médicos y de laboratorio, y di un paso importante para apoyar la misión internacionalista.

P: Todo ese amor para entregar a los más necesitados es gracias también a la familia

MMM: Así es, porque gracias al sacrificio incalculable y fuerzas de mi madre que nunca se rindió conmigo, que nunca hubo un no, a pesar de no tener las condiciones económicas, a veces físicas, gracias a esa mujer q se desveló en muchas noches porque no sabía cómo iba a enfrentar el nuevo año con dos hijos universitarios, todo lo que soy se lo debo a ella.

Ejemplo de jóven cubiteño que ha sabido poner en alto el nombre de una Isla asediada constantemente por los vecinos del norte.