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Foto: AutoraFoto: AutoraJulio, 2020.- Transitar hacia indicadores favorables en el comportamiento de la Covid-19, en Cuba, nos ha hecho creer que ya todo está bien, cuando todavía queda mucho camino por andar.

Los resultados, aunque positivos, hablan de no bajar la percepción de riesgo y no confiarse, porque en esta batalla cualquier descuido puede echar por tierra todo el esfuerzo de la máxima dirección del país y de las autoridades de Salud Pública, quienes diariamente alertan de la necesidad de no bajar la guardia.

Por estos días hemos sido testigo del alza de los casos en las provincias de Artemisa y la Habana, por las negligencias e indisciplinas de algunos que no tienen percepción de riesgo y ponen en peligro su vida y la de los demás.

Estos meses de enfrentamiento al nuevo coronavirus evidencian que hay medidas que son de obligatorio cumplimiento en todas las fases, y otras que se deben quedar para toda la vida.

Por ejemplo en los comercios y centros con aglomeración de personas, donde quiera que se brinde un servicio, se tiene que garantizar el distanciamiento físico establecido entre personas y el uso del nasobuco es de estricto cumplimiento, tanto por los trabajadores como por los clientes.

Prohibir la entrada de trabajadores con síntomas respiratorios a los centros de trabajo, garantizando su remisión a los centros de salud con inmediatez es también otra prioridad para este territorio, que hasta el momento no presentó casos de la Covid-19.

No se debe resquebrajar ninguno de los hábitos de conducta responsable con relación al distanciamiento físico, ni la defensa de las medidas higiénicas que se han planteado como hábito de vida.

Si cada cubiteño cumple con lo indicado, no hay duda de que tendremos éxito.