Foto: AutoraAgosto, 2020.- El mes de agosto, además del sofocante calor se ha tornado tenso ante el incremento de los casos del nuevo coronavirus en la Habana, como epicentro de la enfermedad y en otras provincias incluyendo Camagüey.
Queda claro que no se está cumpliendo con disciplina y rigor lo dispuesto por el Ministerio de Salud Pública en las diferentes etapas. Falta más conciencia y, sobretodo, percepción del riesgo ante la triste realidad que no solo afecta a Cuba, sino a todo el mundo.
El aumento de casos nos obliga a retomar el uso obligatorio del nasobuco una vez que se salga de casa, y a quienes no cumplan con ello, aplicarles el peso de la ley. En cada institución tienen que estar creadas las condiciones para la desinfección de las manos y debe hacerse bien como cuando apenas ni imaginábamos lo peligrosa que es la enfermedad.
Hay que retomar la higienización de las superficies, el distanciamiento entre las personas y por supuesto mantenerse siempre informado con los medios oficiales y salir de los hogares solo cuando sea preciso.
Hoy cuando nos separan unas horas del reinicio del curso escolar en una situación excepcional -nunca antes vivida- nos toca a todos razonar, como ciudadanos de una nación que vela celosamente por la salud de los niños y, cuánto haremos para que el período lectivo concluya según lo previsto.