Abril, 2021.- Todas las mañanas te veía caminar las cuadras del barrio con tu bata blanca y esas manos de ángel, buscando algún síntoma de la COVID-19 entre los habitantes. Sé que naciste para ser el héroe del grupo, preocupado por todos, con esa sonrisa y, un alma en la que cabe la grandeza del mundo.
Desafías siempre al destino, saltando cada obstáculo por muy difícil que sea, porque eres de esas personas de obligada presencia, aunque sea una vez, en nuestras vidas para enseñarnos a conseguir todo lo que nos propongamos.
Espíritu, fortaleza, valentía, empeño, podría enumerar tantas cualidades de tu personalidad, pero ser mi amigo es la mejor de todas.
Con solo 21 años de edad Rainer Puentes Angarica es uno de los estudiantes de 2do año de Medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey que colabora en la zona roja de la propia institución educativa.
Cuando decidiste ser médico no dudé de tu fuerza e inteligencia, y es que a veces no somos conscientes de lo rápido que transcurre el tiempo en nuestras vidas y este “bichito” travieso no pasa desapercibido.
Cuando supe que estarías allí donde compiten la vida y la muerte se oprimió mi pecho, pensé en el riesgo que representaba creyéndote todavía el escolar intranquilo, pero tus mensajes me dieron la seguridad y sabía que con esa responsabilidad cumplirías a la perfección sin violar las medidas y eso también me servía de aliento.
Con jóvenes como tú está garantizado el relevo de la Revolución, diste tu paso al frente como lo han hecho muchos otros para ayudar a las personas que hoy te necesitan en cuidados intensivos, cumpliendo con tu deber no solo de estudiante sino de cubano, lo que te hace más grande.
Verte con ese traje me dio la seguridad de que has madurado, aunque para mí siempre seguirás siendo el niño que me hacía reír en las clases, mi compañero de baile, el que me cuidaba, porque los verdaderos amigos nunca desaparecen.
Mi negro -como cariñosamente siempre te digo- hoy tienes la satisfacción del deber cumplido, porque cuando el amor por la vida se lleva en el alma no hay quien lo detenga.
Continúa con esas ganas inmensas de salir a comerte el mundo porque naciste para ser el héroe del grupo, hoy escondes detrás de esa mascarilla esa risa contagiosa que es muy tuya, esa responsabilidad inmensa con tu profesión.
Cuando vuelvas a casa tendrás el cálido abrazo de esta amiga y puedes estar tranquilo porque Cuba te estará agradecida.(Fotos: Autora)