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Sierra de Cubitas, 12 ago.- La juventud es un tesoro que muchas veces no sabemos su valor, es una etapa de transformación, es algo así como la moneda que se gasta y no se recupera, es donde se actúa ordenado por los sentimientos e inquietudes, donde la dinámica hace desbordar sueños, ideas descabelladas, es una fase donde se confunde el odio con el amor.

Juventud, es derrochar pensamientos, cabalgar sin rumbo, conquistar fines con los fuertes latidos del corazón, crear sueños con el color de las rosas, tener belleza para competir con la inteligencia, cometer errores y vulnerar el reglamento de la madurez.

Los jóvenes tienen la inocencia propia del momento que les tocó vivir con el entusiasmo ineludible para escalar, tocar las estrellas, apropiarse de su luz y transformarlo todo con su magia.

Pero también son esos que le importan marchar a la par del tiempo junto a las modas , la música, el baile los estudios y los acontecimientos, los que se unen para discutir de deporte y su dinámica les permite inundar con ideas cada espacio.

Ellos tienen esa inocencia que los hace fuertes y a la vez vulnerables, son los que aparecen con su risa para crear imágenes a su antojo, aquellos que propician el entusiasmo necesario de escalar peldaños y explorar esa larga escalera de la vida donde se quiere tocar las estrellas, apropiarse de su luz y transformar lo imposible con un toque de magia.

Son ellos ese divino tesoro que brilla con luz propia, que los iguala a su época y les hace dejar atrás la semejanza con sus padres, pero también esos que traspasan las barreras que impone la vida con virtudes y defectos para llegar a ser viejos.

Por eso y más creer en ellos es construir los cimientos de los largos periodos que se avecinan porque son los protagonistas que han marchado juntos con la confianza de un futuro donde se construye y transforma una invencible obra en la que libres e independientes los jóvenes cuentan para ir por más. ¡Felicidades a todos por el Día Internacional de la Juventud!.