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Foto: Cadenagramonte.Foto: Cadenagramonte.Sierra de Cubitas, 11 ene.- Hace 38 años una noticia estremecía a los cubanos: fallecía Celia Sánchez Manduley, la flor más autóctona de la Revolución cubana.

Los que la conocieron describen a esta innata mujer como una heroína, amiga, guerrillera y joven inquieta ganadora del respeto y admiración.

También cuentan que fue la primera fémina en unirse al Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, a ella se debe la creación del pelotón Mariana Grajales, integrado solo por mujeres.

Por su eficiencia fue capaz de ganarse la confianza incondicional de la Revolución cubana y de su líder invicto Fidel Castro Ruz, por ello tuvo a cargo asuntos políticos del momento que se vivía, además se preocupó por el funcionamiento de las escuelas en las montañas y del estado de los hospitales guerrilleros.

Asimismo, se interesó por la situación de cada familia campesina y se dedicó a recopilar toda la documentación de la lucha en la Sierra Maestra, y su dedicación desmedida propició la creación de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado en el año 1964.

Del mismo modo en que se desenvolvió en la lucha antes del triunfo del 1ro de enero de 1959, después de ese acontecimiento no existió en la Isla obra social de la dirección revolucionaria a la que Celia no dedicara total entrega.

Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista y de la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas, además de Secretaria del Consejo de Estado y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Los agradecidos- sobre todo las mujeres- hoy más que nunca recordamos a esta valerosa revolucionaria que luchó por el bienestar social y la igualdad plena de este valeroso pueblo que hoy se mantiene firme a su legado en las presentes y futuras generaciones.

La casa, la comunidad, el trabajo y la sociedad constituyen escenarios esenciales para aquellas personas que deseen cada día ser mejores con el ejemplo insoslayable de sus méritos como figura guerrillera.

Celia se ha multiplicado en millones de cubanas que llevan dentro de sí, el espíritu incansable de esta valerosa mujer y lo demuestran día a día en el diario cumplimiento de las tareas, con el amor al trabajo, desde el campo, las aulas, en fin, contribuyendo al desarrollo económico, político y social de Cuba.

¡No dejemos morir la enseñanza que nos legara, esa que crece con cada triunfo, reto y gesto solidario! Su ejemplo de mujer, cubana, luchadora, martiana, fidelista y comunista camina en la eternidad.