Cine Yenen de Sola 2018
Sierra de Cubitas, 27 ene.- Manía de grandeza fue la primera película que se proyectó en el Cine Yenen, de Sierra de Cubitas, la institución cultural pionera después del triunfo de la Revolución cubana.
La asombrosa sala con capacidad para 306 espectadores cumplió sus 44 años de fundada este 26 de enero, sin embargo, con su renovada apariencia continúa siendo el espacio que atesora los principales momentos de esplendor cinematográfico unido a los acontecimientos culturales de mayor trascendencia del municipio.
Es inevitable ver reunida a tantas personas que dieron lo mejor de su juventud a favor de la llamada sala oscura y no recordar los grandes filmes que fotograma a fotograma pasaron por el equipo de 35 mm para ser proyectados por una mano que con destreza y habilidad ejercía tal profesión.
Público asistente a la actividad.
Enma Sifontes Morales es una cubiteña cauitivada por el encanto de la proyección cinematográfica quien permaneció por más de 25 años en esta institución y gozó del privilegio de proyectar los filmes más taquilleros que por allí pasaron como ella misma nos comentó:
“El Cine es mi vida resumida en esta sala, recuerdo a Alain Delón, a King Kong, a Tiburón Sangriento, en fin esos filmes que también forman parte de mis recuerdos más preciados”.
Pero, muy cerca mirando el proyector como quien necesita contar lo que significó ese aparato que los jóvenes miran con extrañez estaba Ruperto Hernández Miranda, el primer hombre que administró y ejerció ese oficio allí quien con mucha emoción expresó:
“Este fue el lugar donde me formé, lo digo con mucho orgullo porque todavía recuerdo las buenas compañeras que siempre tuve y con quienes aún mantengo excelentes relaciones. Fueron años de mucho esplendor en el cine, había muchas películas pero también había mucha gente interesada y atraída por el cine”.
Mientras que Adelina Stevens se acerca y con un beso de saludo le dice: “Sí, éramos una familia porque permanecíamos varias horas del día juntos por el cúmulo de trabajo, nuestros hijos se criaron aquí junto a nosotros y en no pocas ocasiones debieron quedarse en las afueras sentados porque las películas eran prohibidas para su edad.
Ruperto Hernández, Enma Sifontes y Adelina Stevens.
Estos tres cubiteños amantes del séptimo arte, sonrientes, con lágrimas en los ojos, atentos a cada anécdota y fascinados ante la proyección de materiales audiovisuales del poblado en pantalla grande pero con otra tecnología también estuvieron presentes en la actividad que ofreció el investigador y licenciado en Historia del Arte Inovelio Martín Rodríguez.
Inovelio Martín en conferencia sobre historia del cine.
El Cine Yenen es una de las joyas más preciadas de quienes a través de los años disfrutaron de cada película, la carencia de un público que asista con sistematicidad lo suple ahora las actividades que allí se generan con otras manifestaciones artísticas, no obstante, el cine sigue siendo esa sala oscura y mágica que solo con un buen material en cartelera atrapa a cuantos pasan por allí.