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Construcción del nuevo Museo Municipal.Construcción del nuevo Museo Municipal.Julio, 2018.- Sumario: Los museos son espacios de interacción con el conocimiento, epicentros del acercamiento entre objetos, lugares, experiencias y expresiones. Ese diálogo con lo relevante se da en Sierra de Cubitas.

El Museo Municipal del norteño territorio es una de las cinco instituciones del sistema de la cultura. Nació en un apartamento de los edificios multifamiliares de la Comunidad Cubitas, el 14 de diciembre de 1986 con el plan de escuelas en el campo.

Ante el deterioro del local y el incremento de las piezas museables, las autoridades políticas y gubernamentales impulsaron la construcción de otra sede en la cabecera municipal, junto a la plaza Primero de Mayo.

Del inicio de la nueva obra han pasado tres años y aunque parece medio olvidada, todavía conserva las huellas del embate del huracán Irma, los cubiteños y cubiteñas continúan anhelando la terminación de la institución.

El ritmo constructivo

“La construcción no avanza”, sentenció nada más y nada menos que Suramis Gómez, la directora del Museo, y luego argumentó: “Se necesita de un presupuesto superior, porque es una obra grande, y así lo establece el proyecto y las normativas de los museos. Esperamos financiamiento y también por mano de obra porque los constructores ya se fueron. No tengo materiales ni las condiciones para cuidarlos”.

¿Qué sucedió después del paso del huracán Irma?

Cuando creíamos que avanzábamos a buen ritmo, con la construcción a nivel de anilla, llegó el huracán y destruyó parte de lo logrado. Fue duro, muy duro. Los trabajadores recogieron los bloques que se podían recuperar y los guardamos en un lugar seguro. Después no se ha puesto ni uno.

Otra arista de peso

A partir de las afirmaciones de la directora del Museo acudimos a la dirección municipal de Cultura, donde nos contaron la historia a partir del tortuoso camino del presupuesto.

“La obra contó en su etapa inicial con un presupuesto de 140.000 pesos en moneda nacional el cual fue insuficiente y por eso solo se llevó la construcción hasta la altura del cerramento. Eso fue en el año 2016. Después se asignaron 20.000 pesos, insuficientes también, y se hizo muy poco.

Para el actual año no se estipuló nada, pero el Consejo de la Administración debe seguir dando tratamiento a la obra a partir de la contribución del 1% del aporte territorial. Entonces se mandó a realizar un nuevo proyecto con cubierta ligera de zinc”, explicó Diana Pérez Calderón, directora municipal de Cultura.

Voluntad gubernamental

Yordanka Delgado, vicepresidenta que coordina los programas de Transporte, Energía e Inversiones, puntualizó: “La voluntad nuestra es aportar un total de 100.000 pesos del 1% de la contribución territorial para continuar la construcción”.

También la dirigente reconoció asuntos que han lastrado: “Estamos convencidos de todo lo que significa esta obra para los cubiteños, conscientes también de que se ha sido moroso en gestiones para concluirla. El museo es nuestro, lo lograremos como lo hemos hecho con cada obra de impacto que nos hemos propuesto. Revertir la situación actual también es responsabilidad nuestra”.

La lucha por la conservación

“Nuestro museo atesora una importante lista de piezas arqueológicas y fotos del siglo pasado, además de una colección de armas que provisionalmente se encuentran en el Museo del Municipio de Minas. Asimismo, cuenta con una colección de numismática, textiles, distintivos, camisas y una bandera del batallón de mujeres Marianas Grajales que existió en el territorio”, explicó la joven conservadora Beatriz Sifontes Leandro.

¿Cuentan con piezas de primer valor?

- No. Tampoco tenemos vitrinas. Las piezas arqueológicas, que son las más dañadas, se envuelven en sobres y se guardan en cajas de cartón. No disponemos de álbumes para las fotos, por eso utilizamos sobres, aunque no debe ser por la humedad; hay una gran parte dañada, y otra deteriorada por la carcoma del cuarto donde se almacenan.

¿Qué acciones realizas para la conservación de las piezas?

-Realizamos la limpieza de las piezas mensualmente, las sacamos todas una por una y las limpiamos con una mota para quitarle el polvo con mucho cuidado porque los objetos arqueológicos son muy antiguos y se rompen con facilidad. Después pasamos un cepillo para limpiar cualquier insecto y evitar el deterioro, además hacemos un conteo porque los sobres tienen número de inventario y a las fotos las sacamos de los estuches, las sacudimos y velamos porque no se vayan a pegar.

“Estoy muy preocupada porque veo cómo se demora esta construcción del nuevo museo y aquí está el patrimonio, la historia de este pueblo, que tiene que ser conocida por otras generaciones, y se está perdiendo poco a poco”.

Extensiones comunitarias

Las trabajadoras del museo ofrecen las actividades de extensiones comunitarias. Trasladan las piezas de mejor estado, aunque cada vez disponen de menos, y prefieren no correr el riesgo de daños mayores. Exponen fotografías, distintivos, banderas, cuadros y pinturas.

El anhelado sueño de contar con un espacio que atesora, historia, belleza y tradición de estas tierras rojas, se materializará a partir del apoyo popular, la voluntad política y gubernamental de quienes están llamados a no olvidar la historia.