El legendario algarrobo luce sus mejores galas a un año del desbastador huracán.Sierra de Cubitas, 9 sep.- La mañana del 9 de septiembre de 2017 resultó ser muy dolorosa para los moradores del norteño territorio camagüeyano luego de pasar la más larga y angustiante noche de sus vidas entre los estrepitosos rugidos del viento, y luego la luz del día vislumbró lo temido por todos; el poblado de Sola estaba desbastado.
Todavía debajo de la lluvia y algunas ráfagas de viento procedentes de las bandas de alimentación del poderoso huracán Irma, los cubiteños se lanzaron a las calles con la solidaridad que caracteriza a los cubanos y la certeza de que la Revolución cubana no dejaría desamparado a nadie para entre todos enfrentar el desastre y salir airosos.
Muchas fueron las perdidas en el sector residencial, los derrumbes totales o parciales afectaron a un gran porciento de la población lo que llevó a tomar alternativas de construcción de viviendas temporales, alojamiento en casa de vecinos y familiares, y en albergues a personas que perdieron sus hogares.
El sector estatal también fue seriamente dañado incluyendo lugares de vital importancia para el enfrentamiento a estos fenómenos naturales como la dulcería, panaderías y merenderos, motivo por el que se agilizó la restauración de esos lugares para poder brindar un servicio rápido a la población.
A un año de aquel amanecer nefasto, la vida de los cubiteños continúa con la misma tranquilidad de siempre reponiéndose de las adversidades que le depara la naturaleza casualmente en el noveno mes del año, como cuando el día18 de septiembre de 1956 se irguió ante un incendio causado por una centella caída del cielo que incineró por segunda vez el centro del poblado.
Hoy Sola tiene otro rostro esperando cumplir 98 años el próximo día 28, la reconstrucción de sus establecimientos es palpable y a pesar de su edad sigue allí levantándose en el centro de este valle rojo en el que todavía se respira el olor a naranjos. (Fotos: Autora)