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Foto: internetFoto: internetSierrad e Cubitas, 6 abr.- Siempre que escuchamos algo relacionado con el concepto de violencia lo primero que viene a nuestra mente son imagines de agresión física y personas lastimadas a la que por lo general se debe aplicar asistencia médica.

La realidad es que en tantas ocasiones somos víctimas o victimarios de violencia y sin percatarnos percatamos de ello. Actuamos de forma involuntaria dejándonos llevar por instintos naturales de la especie humana sin siquiera detenernos a analiza el porqué de nuestro comportamiento y si actuamos de manera correcta.

A diario escuchamos términos como la violencia de género, y siempre que la escuchamos nos sentimos ajenos a ella.

No solo tiene que existir violencia física en la pareja para estar en presencia de esta, la agresión verbal, con palabras hirientes tanto de un sexo como del otro van dejando una huella que no desaparece como las cicatrices y que aún peor que estas se acumulan día a día dejando marcas que pueden atentar contra la integridad psicológica de la víctima y hasta desencadenar en trastornos de la personalidad.

El cubano es uno de los seres más sociables del planeta, esa una parte distintiva de él en cualquier lugar, la ayuda a quien lo necesita, el trato amable y la cortesía forman parte de la cotidianeidad, esa que en algunas ocasiones se ve empañada por la violencia verbal en una cola o al abordar el transporte público, tal vez causados por los diferentes estados de ánimo que proporcionan las carencias que enfrenta la isla, pero no van en consonancia con los principios y valores que en este país se han inculcado a cada ciudadano desde el sistema de educación.

Corresponde analizar si somos violentos o no, preservar la paz, la tranquilidad ciudadana y una convivencia civilizada que proporcione estabilidad emocional tanto en la pareja como entre conciudadanos, ello hará sentirte bien con contigo mismo y propiciará que la imagen personal brille con luz propia.