Foto: ArchivoAbr, 2019.- Transitan a toda hora, cualquier día de la semana y se encuentran principalmente en los sitios más concurridos.
Siempre están pendiente de la última música, de lo “más pegao”, sin importar el contenido de la letra o a quien esté dirigida. No les preocupa el gusto ajeno, solo el personal.
Los dueños de los bafles ambulantes no respetan el espacio de las demás personas, solo les interesa dar a conocer su gusto musical, sin detenerse a pensar cuanto afecta la salud del ser humano el ruido.
Aunque quizás algunos crean que no, la contaminación sonora hoy incide también sobre la formación de valores de las futuras generaciones de cubanos.
Es necesario e importante que la población cubana conozca las normas jurídicas que establecen y regulan los aspectos relacionados con el ruido, pues de esta forma contribuyen a eliminar las situaciones realmente estresantes que cada día van en aumento.
Creo que en ese sentido, falta rigor en la aplicación efectiva de las leyes, no obstante en la actualidad, resulta vital el esfuerzo colectivo a actuar en la comunidad ante la ocurrencia de dichas indisciplinas.
Foto: Radio rebelde