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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteEn 1960 coincidían en su interés sobre Playa Girón y Playa Larga, en la Bahía de Cochinos, los servicios especiales estadounidenses y el nuevo Gobierno Revolucionario y muy especialmente su máximo líder Fidel Castro, aunque motivados por causas antagónicas, que un año después se enfrentarían en la dura  batalla que se libraría en esa región.

Los planeadores de lo que posteriormente sería la Operación Pluto de la CIA, que encubrió la invasión de Bahía de Cochinos del 17 de abril de 1961, eligieron esta región apartada de tierra firme por la Ciénaga de Zapata como el lugar propicio para la invasión y el establecimiento de un supuesto gobierno provisional para abrir el camino a la invasión directa de EE.UU.

En esos planes trataron de aplicar mecánicamente en Cuba sus experiencias al derrocar en Guatemala en 1954 a un Gobierno progresista, pero sin una profunda identificación con las causas populares y dependiente de un ejército profesional y oligárquico, del cual se desmoralizó y traicionó una gran parte ante el avance de una invasión mercenaria también organizada por la CIA.

Convencidos de una fácil victoria en la Isla no dieron importancia a los cambios favorables para el pueblo que se desarrollaban en todo el país y que también beneficiaron a los pobladores de la región elegida, entre ellos carboneros, pescadores y pequeños campesinos explotados.

La nueva época para estos olvidados fue prefigurada el 24 de diciembre de 1959 cuando en una nochebuena diferente, Fidel Castro, entonces primer ministro, y otros dirigentes llegaron a lo más humilde de la ciénaga para celebrar junto a ellos la cena de esa fecha.

Durante 1960, el líder recorrió en muchas ocasiones la zona por aire, mar y tierra para supervisar la construcción de casas, hospitales, escuelas, carreteras, centros comerciales y turísticos, la organización en cooperativas agrícolas y pesqueras, con lo que el área se convirtió en una de las más rápidamente favorecidas por los programas revolucionarios en esa etapa.

Esas trasformaciones explicaron que el primer encuentro de los mercenarios con milicianos de esa región y de otros lugares del país en Playa Girón, fuera contestado con fuego cerrado y la consigna de Patria o Muerte a la propuesta de rendición de los agresores, lo cual constituyó la primera prueba de lo equivocado que estaban los vaticinios de que la milicia se pasaría a su lado.

En sus visitas a la región, el Jefe de la Revolución conoció al detalle cada palmo de terreno y pantano y poco antes de la agresión advirtió que el lugar era propicio para una invasión y ordenó reforzar la vigilancia.

El ataque previo el 15 de abril a aeropuertos cubanos, lejos de acabar con la Fuerza Aérea Revolucionaria, advirtió de la agresión y radicalizó el proceso con la declaración del carácter socialista de la Revolución, proclamado por Fidel el 16 de abril en el entierro de las víctimas de los ataques.

También los incipientes órganos de la seguridad cubanos, apoyados por los CDR, dieron un golpe a la contrarrevolución y redes de la CIA y  fueron detenidos la mayoría de sus integrantes, con los que contaban los invasores para realizar una extensa campaña de acciones paramilitares en la Isla.

Al conocer el propio 17 del desembarco en Bahía de Cochinos, Fidel comprendió instantáneamente toda la estrategia enemiga de hacerse fuerte en la región y definió como primera tarea de la aviación destruir todo el apoyo en municiones, armas y logística imprescindibles que venía en la flotilla mercenaria, lo que prácticamente se logró en la inicial jornada de combates.

Desde su puesto de mando en el campo de batalla, ordenó avanzar ininterrumpidamente con todos los tanques y artillería hacia las posiciones de los mercenarios en Playa Girón y Playa Larga, hostigadas por la artillería y la aviación, esta última en las primeras 48 horas también liquidó el apoyo aéreo de la brigada invasora.

En menos de 72 horas fijadas como tiempo mínimo que necesitaba la administración estadounidense para reconocer un supuesto gobierno provisional, fue tomado el último reducto mercenario en Playa Girón el 19 de abril.

De esa forma EE.UU. y la CIA sufrieron su primera gran derrota en América Latina.(Cadenagramonte)