La Habana, 13 ago .- El natalicio del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro (1926-2016), constituye una de las fechas de mayor trascendencia para la nación caribeña, y que celebran hoy también millones de personas simpatizantes con su ideario.
El homenaje al estratega revolucionario, símbolo de la resistencia global, en su 99 cumpleaños, tiene lugar en el complejo escenario internacional que enfrenta Cuba, marcado por presiones económicas, campañas mediáticas y desafíos internos.
En este contexto, la figura de Fidel Castro emerge como un referente ineludible, cuyo legado político e ideológico continúa guiando la defensa de la soberanía nacional, la independencia y el sistema socialista que él ayudó a construir.
Por ello, ante las adversidades, la nación se vuelve una y otra vez al pensamiento del estadista, que lideró la Revolución en 1959, y diseñó una visión de país basada en la autodeterminación y la justicia social.
Su concepción de soberanía trascendía lo territorial: implicaba independencia económica, identidad cultural y libertad política frente a cualquier forma de dominación externa.
El recrudecimiento del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, junto con campañas de desinformación y presiones diplomáticas, han generado un entorno hostil y abierto para la isla una nueva etapa de resistencia. Sin embargo, los principios sembrados por Fidel Castro siguen siendo el fundamento de la respuesta nacional.
Su pensamiento estratégico, su capacidad para prever escenarios y su insistencia en la unidad como herramienta de defensa, se mantienen vigentes en el discurso y la acción del liderazgo cubano.
La continuidad de ese legado se refleja en la firmeza con que se enfrentan las adversidades, sin renunciar a los ideales revolucionarios.
El modelo socialista cubano, concebido por Fidel Castro como un proyecto humanista y solidario, sigue siendo el eje del sistema político y social del país, reflejado en políticas sociales inclusivas y de atención a grupos vulnerables.
En tal sentido, pese a las dificultades, Cuba ha preservado conquistas esenciales como la educación gratuita, la salud universal y la protección social, pilares que el líder cubano consideraba irrenunciables.
En medio de una crisis global que ha puesto en jaque a muchos sistemas, el socialismo cubano busca renovarse sin perder su esencia. De ahí los esfuerzos delineados por la Asamblea Nacional (parlamento) al analizar el rumbo del programa para corregir distorsiones y dinamizar la economía.
Asimismo, los cubanos patentizan por estos días, su vocación de resistencia, y la voluntad de vencer obstáculos como la inestabilidad del Sistema Electroenergético Nacional, y el alto costo de alimentos e insumos esenciales.
Las nuevas generaciones, aunque enfrentan desafíos distintos a los de sus padres y abuelos, encuentran en Fidel Castro una fuente de inspiración. Su ejemplo de entrega, coherencia y visión estratégica sigue siendo motivo de estudio, reflexión y compromiso político.
En la isla recuerdan que su líder histórico promovía un socialismo creativo, participativo y profundamente ético, capaz de adaptarse a los tiempos sin ceder ante las presiones del mercado ni la lógica neoliberal.
La batalla actual por la soberanía no es una repetición mecánica del pasado, sino una continuidad histórica, afirman los dirigentes del proyecto social cubano.
Fidel enseñó que la independencia no se negocia, que la dignidad no se vende y que la resistencia es parte del alma de la nación cubana, remarcan.
En cada acto de defensa del proyecto socialista, en cada decisión que reafirma la voluntad de ser libres, la impronta de Fidel Castro está presente. No como una figura estática del pasado, sino como una fuerza viva que impulsa el presente y orienta el futuro. (Texto y foto: Prensa Latina)
Cuba sigue siendo, como él soñó, un país que no se arrodilla, que piensa con cabeza propia y que defiende su derecho a construir un destino soberano. En esa batalla, Fidel Castro sigue siendo comandante en ideas.