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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteSantiago de Cuba, 2 ene.- El primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz, valoró de muy positivo el proceso de transferencia de las principales responsabilidades del país a las nuevas generaciones. "Marcha bien, digo más, muy bien, sin tropiezos, ni sobresaltos, y estamos seguros que así continuaremos”; afirmó en su discurso de este martes en el cementerio Santa Ifigenia, a propósito de las seis décadas del triunfo revolucionario.

"Se cumplen 60 años del 1ro de Enero de 1959; sin embargo, la Revolución no ha envejecido, sigue siendo joven, es una conformación histórica. Sus protagonistas desde el inicio fueron los jóvenes y así ha sido en estas seis décadas.

“Nos sentimos profundamente satisfechos, felices y confiados, al ver con nuestros propios ojos cómo las nuevas generaciones asumen la misión de construir el Socialismo, única vía para la independencia”; sentenció.

“El proceso revolucionario no está circunscrito a la vida biológica de quienes lo iniciaron, sino a la voluntad y compromiso de los jóvenes que aseguran su continuidad, a las nuevas generaciones que tienen que garantizar  que la Revolución sea siempre una revolución de jóvenes y al mismo tiempo una revolución socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes”.

Volvieron a equivocarse entonces los enemigos de la Revolución al pensar que cuando la llamada “Generación histórica” cediera espacio a la juventud, sobrevendría para el país un cambio.

No han cesado ellos, sin embargo, en su empeño. Vuelve Estados Unidos a recrudecer las relaciones con Cuba, promoviendo nuevas medidas de bloqueo para restringir el desempeño de la economía y provocar limitaciones adicionales al pueblo.  

Pero, tal y como dijo Raúl, después de 60 años estamos curados de espanto, no nos intimidan las amenazas; “no sucedió cuando el proceso revolucionario no estaba consolidado, menos ahora cuando la unidad del pueblo es una indestructible realidad. Hoy somos un pueblo defendiendo la Revolución”, dispuesto, además, a una relación de paz, respeto y beneficio mutuo con EE.UU.

"Los cubanos –ratificó- estamos preparados para resistir cualquier escenario de confrontación, que no deseamos, y esperamos que las mentes más equilibradas en el gobierno norteamericano lo puedan evitar".

De cualquier manera, en Cuba existe total vigencia de las palabras de Fidel en el I Congreso del Partido Comunista: “Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y pueblo, prestarán a los servicios de defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se descuidará jamás. Quienes olvidan ese principio no sobreviven al error”.

Sucede que “la autoridad política y moral de Cuba está sustentada en la Historia… Se podrá atribuir a la Revolución solo la responsabilidad que emana de su ejemplo, como símbolo de independencia, resistencia victoriosa, justicia social, altruismo e internacionalismo”.  

A propósito, afirmó el primer Secretario del PCC que seguiremos contribuyendo al concepto de consenso, basados en la unidad en la diversidad, y reiteró que ninguna amenaza nos hará desistir de la solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela y con Nicaragua.

Llamó, asimismo, a todas las fuerzas políticas del planeta a unirse en reclamo de la liberación de Lula, y a exigir el cese de ataques y persecución judicial contra las expresidentas Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner.

Criticó el injerencismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) por inmiscuirse en los asuntos internos de la región, y reafirmó que Cuba continuará contribuyendo al proceso de paz en Colombia.

En el epílogo de su intervención, asegura que el pueblo demostrará el próximo 24 de febrero en las urnas el respaldo a la Revolución y el Socialismo, ratificando la nueva Constitución, justo en el año que conmemoramos el 150 aniversario de la primera Carta Magna de Cuba, aprobada en el poblado de Guáimaro, Camagüey.

Y es que complace, y mucho, afirmar que después de 60 años de luchas, sacrificios y victorias, vivimos en un país libre, soberano y justo, que con total optimismo nos lleva a decir: ¡Viva por siempre la Revolución cubana! (Cadenagramonte)