Pin It

Foto: Granma.Foto: Granma.Santiago de Cuba, 16 mar.- Apenas amanecía en Santiago cuando el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llegó al cementerio patrimonial Santa Ifigenia, sitio inevitable para quien visita esta hermosa ciudad que se levanta cada mañana a trabajar, acompañada de la impresionante historia que habita en todas sus calles.

Luego del cambio de guardia, que sucede con la exactitud de un reloj y parece que retumba el piso con el paso de los jóvenes soldados, el mandatario junto a su esposa, Liz Cuesta, depositó una rosa blanca en la piedra de granito que guarda la urna de cedro con las cenizas del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.

Después de unos segundos frente al monolito que recibe más de medio millar de visitas diarias, Díaz-Canel rindió sentido honor también a Martí, a Céspedes, a Mariana; y caminó hasta las nuevas tumbas de José Maceo Grajales y de Perucho Figueredo, que ya están listas para resguardar los restos fúnebres de ambos mambises cubanos.

Todo ello antes de comenzar el habitual ajetreo de su agenda como parte de la visita del Consejo de Ministros, que ha traído hasta aquí a 22 cuadros del primer nivel de dirección del país.

«Una vez más apreciamos en el pueblo santiaguero, en su ciudad siempre heroica y revolucionaria, que nos está convocando en las condiciones actuales a la creatividad, a hacer cosas novedosas y alentadoras, que la convierten en una provincia pujante y donde se demuestra que aquí ¡todos somos Cuba!».

Luego de reconocer la labor de los santiagueros en la reanimación de su capital y demás municipios, destacó la vinculación de la industria nacional con los proyectos locales y otras gestiones que mantienen lo logrado y abren nuevas opciones en la vida de la población, que bien merecen extenderse al resto del país. (Con información de Granma)