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Su primer aviso llegó como un adelanto adivinable a través del fragor innato en el cuerpo de la maquina; luego los pitazos entrando a la curva de Noguerol, casi alaridos y golpes de pecho ambos, en secuencias dispares…una corta de dos para iniciar de súbito siete y seis seguidos, detrás la unción temprana de los viajeros en el largo andén y en turno el chirriar del hierro sobre el hierro. La taquicardia de los rieles.

Sin embargo, no pude evitar un estremecimiento vibrador, atesorado en la infancia, cuando el tren se encimaba, y aunque no salí en desbandada de allí, como en la primera experiencia de los Lumiere, cunde todavía aquel consejo de los padres físicamente basado en la fuerza de atracción que se origina bajo el rodaje de un tren en actividad.

Alarma que fue depreciando por el eólico airecillo de tranquilidad, que nos deja la misma caravana de coches al pasar frente a nuestra mareada e inmóvil percepción y luego por el poco peligro que supuestamente ofrece al “pararse en seco”.

No obstante, me espanta un nuevo susto cerca de los pies semejante a las escenografías de “Maykel” Jackson, que conozco no por la “tele” sino familiarmente, pues con esa chota denominación se expresaba siempre un primo mío ante los humeantes platos que la tía Ofelia ponía a su mesa. Solitario sobresalto en vano al gesto final de descanso de la locomotora.

De hecho ese tramo de espera en el andén me parece sobre un muelle, extasiado por el horizonte y mareado por el oleaje, inconmensurable espiritualidad de los andenes como las iglesias, ya sea históricamente hablando o poéticamente escribiendo. La máquina en esta formación se destaca como la chica más linda del pueblo.

Logotipo de la actividad cultural Estación 31.Logotipo de la actividad cultural Estación 31.

Con el auxilio de la intuición, a inicios de los años noventa del pasado siglo XX, en plena existencia en el municipio Sierra de Cubitas del concentrado de estudiantes y escuelas en el campo más grande de la provincia y constituyendo el cítrico todavía el renglón principal de su economía, creí descubrir otra actividad que ha contribuido insustituiblemente al desarrollo del poblado.

Así, a contramarcha de que las escuelas y el cítrico fueran dominantes en todas las representaciones y en el imaginario del territorio por aquellos días, incluí de inmediato dicho elemento en el cartel gráfico El Gran Cachimbo (pasquín alegórico a la fundación del poblado de Sola) entonces a penas percibido como un elemento de representación del pasado histórico, sobre todo en el surgimiento y consolidación de los primeros cincuenta años.

Suponemos que en la falta de su justo reconocimiento haya obrado que sus servicios no fueran exclusivamente en nuestro territorio, por tratarse de una inversión colosal que abarcaba toda la parte norte de la anterior provincia de Camagüey y que no forma parte de nosotros, en el sentido tradicional, por no surgir o establecerse aquí, solo pasa por la zona, viéndose como algo de “afuera” y desfavorecido por la relegación actual de ese sector. Nos referimos como investigadores, pero también como beneficiarios históricos, al ferrocarril.

Concluida la Línea Norte de Cuba, el 1 de marzo de 1919, y abierta al servicio público el 1 de junio del mismo año, se harían tangible proyectos y posibilidades que abría ésta a todo el territorio norte.

Sola, en primera mención, construiría cuatro inmuebles indispensables. De hecho en el plano original del poblado, que data de 1918, se reserva una franja amplia de terrenos al lado sur de la línea norte que ocupaban dos manzanas y que se reconocían en ese documento de localización para la construcción de la estación de trenes.

Finalmente se edificaron en dicha área cuatro instalaciones de importancia: la vivienda del jefe de estación(un espacioso chalet de madera sobre pilotes y techo a cuatro aguas con tanque elevado y molino de viento), la casa del jefe de comunicaciones ferroviarias y una construcción aledaña para guardar el instrumental y los medios de esa función(incluyendo las conocidas “cigüeñas”, y la estación de ferrocarril, que salvo algunos cambios es la que se conserva hasta hoy, inaugurada el 11 de noviembre de 1921.

Aunque debe mencionarse que entre 1919 y 1921 le antecedió una construcción estándar de madera que sirvió como apeadero inicial; la que no obstante, a designársele una persona para su atención y limpieza, los tickets se picaban en el tren, localizada la misma frente a la actual vivienda de la familia Morejón, ubicación próxima a la señal de vía del kilómetro 276.

Casi simultáneamente con la estación de ferrocarril, y por la posibilidad de comunicación que brindaba, se inician los preparativos para la construcción del Central azucarero Sixto , que agregaba a la fábrica de azúcar una amplia infraestructura en el poblado y en la zona que incluía: ramales, desviaderos de paso, chuchos comerciales y patios ferroviarios, además de otras instalaciones como los Transbordadores de caña (grúas) con las ventajas de trabajo que estas traían para la economía del lugar.

Por otra parte, la misma perspectiva del central originó la creación de colonias de caña y una modesta barriada para el personal empleado para administrarla por la misma Compañía Azucarera Central Sixto. Esta última podríamos describirla en alrededor de doce inmuebles de madera machihembrada con techo a cuatro aguas sobre pilotaje, tipología constructiva muy al uso entonces, que incluía casas de los jefes de campo, casa-correo, casa del administrador Francisco José de Sola y Bobadilla, casa de visita, oficina. Con portales por tres de sus lados, salón grande y taquilla de pago. También otras viviendas, como las de la familias Herrero-Toscano, Gómez-Sartorio y del médico Carlos Campos. En la casa de los Gómez-Sartorio vivió luego Rogelio Figueroa González: juez municipal y concejal del municipio Camagüey.

La barriada de la compañía, como se conoció luego ese reparto del pueblo tenía su propia planta eléctrica, independiente a la planta de Barreto, que servía al poblado, identificado entonces como La Chambelona, más tarde núcleo original de Sola. Y contaba además con campo de tenis.

Estación de trenes de Imìas, el  otro paradero de importancia del territorio y cuya edificación también refleja visiblemente elementos originales de época. La misma dista a diez kilómetros al oeste de Sola, ruta que recorren cada 11 de noviembre niños del municipio que nunca han viajado en trenEstación de trenes de Imìas, el otro paradero de importancia del territorio y cuya edificación también refleja visiblemente elementos originales de época. La misma dista a diez kilómetros al oeste de Sola, ruta que recorren cada 11 de noviembre niños del municipio que nunca han viajado en tren

Según la escritura 279, del 11 de diciembre de 1926, Francisco Sola vende a la Compañía Azucarera Canasí, sociedad anónima constituida en 1922 y de la que fuera representante; sin embargo, seguía llamándose Compañía Azucarera central Sixto en mayo de 1933, y la componían 2/3 del lote 23 de la finca San Rafael de Canasí de 60 acres.

Los ramales (otra de los avances incorporados) se construyeron entre 1922 y 1924, todos nacían en La Aguada, área media dentro de la zona escogida para la construcción del Central Sixto.

El único de estos ramales en la banda sur de la línea principal atravesaba el reparto Rincón Caliente del poblado de Sola, por un costado de la vivienda perteneciente a la familia Hernàndez-Echemendìa             , hasta el transbordador de caña aledaño al pozo de “La Carolina” en los terrenos del ganadero ya fallecido José Luìs Palomino. Esta alberca sirvió a bueyes y personas durante un prolongado período seco en el año 1945.

Continuaba la trayectoria por un lateral y el fondo del campo santo en dirección a Pozo Prieto, donde radicaba un sitio habitable y una grúa; más adelante un tercer transbordador en el camino de Arsenio Estrada frente a la Escuela secundaria básica en el campo conocida por Sola 5) y desde ahí, un cuarto transbordador en el aguacatal antes de la otrora escuela con seudónimo Sola 16, enlazándose con otra grúa en la zona de Cordero, desde donde entraba un nuevo ramal al territorio de Viguetas en el mismo borde de la sierra de Cubitas y dentro de la actual finca de Los Picos, allí finalmente se encontraba la sexta grúa, que no obstante a su existencia, reside una controversia ya que algunos lugareños sostienen que “nunca tiró caña”.

En un punto próximo, de esta vía secundaria del ferrocarril cañero, con el batey de Las Guácimas, se empalmaba otro ramal hacia ese destino por terrenos del hacendado Cesario Noguerol, que luego adquiriera en propiedad Gillo Corredera.

El fundador del Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo Eduardo Chibás, de tránsito en la estación de trenes de esta localidad y subido al carro de tracción de carga, arenga a los pobladores de Sola como parte de su actividad política de senador de la República.El fundador del Partido del Pueblo Cubano Ortodoxo Eduardo Chibás, de tránsito en la estación de trenes de esta localidad y subido al carro de tracción de carga, arenga a los pobladores de Sola como parte de su actividad política de senador de la República.

El segundo ramal, con origen también en “La Aguada”, pero esta vez siguiendo el lado opuesto de la vía principal (la referida Línea Norte) recorría los lotes cañeros 11,12,13, 14 15 y 16 pasando por la propiedad de Daniel Vega, para terminar en la vaquería de unos isleños.

Un tercer ramal, singularmente de vía estrecha y también por la senda norte, tomando siempre como referente el ferrocarril Caibarien-Puerto Tarafa, llegaba hasta San Nicolás, cerca de la finca de Míster Nubes a un lado del camino a Puerto Piloto.

El cuarto ramal fue el más corto de todos, sin llegar a penas al kilómetro y partiendo como los anteriores del mismo tronco, finalizaba en el transbordador conocido como “La grúa de Yara”, medio técnico instalado entonces frente al actual complejo comercial del reparto Pueblo Nuevo.

Un trazado de la Línea Norte del año 1925, dentro de la publicación El Ferroviario , en su edición especial dedicada al tema, muestra una bifurcación que conectaba esta, por la zona de San José Colorado, al poblado de La Gloria, pero no se conocen ni se han encontrado testimonios o evidencias de que se construyera realmente.

Es necesario reiterarlo una vez más, el malogramiento en la construcción del central azucarero no impidió que se mantuvieran las colonias de caña fomentadas para su abastecimiento ni el desviadero creado como acceso al futuro patio ferroviario del central, que luego serviría a las propias máquina (2, ver pie de artículo) de arrastre de caña y a los trenes que tenían origen en Sola, que durante la Republica fueron varios: Júcaro, Morón y (créalo o no lo crea) la mismísima Habana.

El ferrocarril ha sido uno de los símbolos de progreso de la humanidad desde su aparición, por ello no debe ser tampoco una novedad casual que de los cinco hoteles con que contaba el poblado en esos años, cuatro se construyeran frente a los Ferrocarriles del Norte de Cuba, en la calle Línea (hoy calle Oscar Rodríguez.

Hotel Aurora de Benito Bercedo en sociedad con Antonio García. Llegó a ser de dos plantas en 1928. Ofrecía comida, bebida y hospedaje, no permitiendo los juegos de mesa. Como nota curiosa del hostal mencionaré que en él se hospedaba la tripulación del Gas car La Habana-Sola e hicieron su estancia como técnicos agrónomos dos militares soviéticos que exploraban sitios en la Isla para situar las bases del contingente operativo durante octubre de 1962.

Hotel España de Manuel Salgado, su extensión alcanzaba la casa de familia por calle Kelly (hoy calle José Martí), ofrecía servicios de hospedaje, alquiler y comida. Habiendo incluso huéspedes que tenían habitación propia. En el segundo piso radicó la Logia 172 en la década del cuarenta, la que había alquilado varios cuartos allí, antes de tener sede propia en la avenida Villalba (hoy avenida Mario Herrero Toscano).

Villa de Caibarien de francisco (Pancho) Canals. Hostal de una sola planta que ofrecía hospedaje y comida.

Villa de Caibarien de francisco (Pancho) Canals. Hostal de una sola planta que ofrecía hospedaje y comida.Villa de Caibarien de francisco (Pancho) Canals. Hostal de una sola planta que ofrecía hospedaje y comida.

Por último, el Hotel Nueva España propiedad de gallegos, con pilotaje alto y situado al final de calle Línea entrando a la curva de Noguerol. Este inmueble se derrumbó en 1932, trasladándose sus dueños hacia la ciudad de Camagüey donde fabricaron nuevamente otra instalación la que conservaría el nombre anterior.

También resulta llamativo la ubicación frente al ferrocarril del primer Banco financiero que existió en Sola: el Banco Trillo de Morón y el Aserrío de Jesús y Emilio Fernández que contaba con el chucho aserrío frente a la propia estación de trenes.

Esta última contaba, además de la línea principal, con dos desviaderos de paso y un chucho comercial y desde la misma había conexión por un oleoducto subterráneo con la propiedad de los Salgado, concretamente la tubería llegaba hasta el garaje aledaño a la vivienda de la familia y desde allí continuaba otro tramo hasta una bomba ubicada en calle Kelly esquina a la avenida Villalba, instalada justo en el alero del portal de la primera locación de la tienda “La Comercial”.

El Aserrío de los Fernández era mayor que el de Imìas, por el tamaño de su única hoja de sierra y los casi ochenta metros de frente que incluían, además del aserrío, oficina, almacén, garaje, taller mecánico y casa de vivienda. A inicios de los años cuarenta la adquirieron, a través de su compra, residentes en el poblado de Elia. En su plantilla, durante su servicio en Sola, en el aserrío figuraban las funciones de cerrador, fogonero, hornero y desalojador de aserrín y ceniza.

A cuenta del ferrocarril se edificaron también otros tres inmuebles, uno en uso y los demás en alquiler como fueron: la casa en la calle Funcia para Pablo Espinosa Jefe de comunicaciones ferroviarias, la vivienda que ocupaba Manolo Gutiérrez en calle Martíesquina a avenida Villalba y finalmente la casa-café de “Pepe” Rivero, que había sido también Cuartel de la guardia rural, vivienda y lechería de Constantino Gutiérrez con expendio allí de ese producto, y el conocido bar de Irìmia, construcción de madera, de dos pisos tipo chalet con portales a los cuatro vientos. El segundo nivel de la edificación inicialmente se usó como vivienda, luego fue un salón amplio con mesa de billar y abajo cafetería con ofertas de sándwiches y licores.

A todo ello debe sumársele los beneficios y servicios tradicionales y tangibles del ferrocarril del que el poblado de Sola sería favorecido predilecto y donde se relacionan, en primer lugar, el transporte de carga y pasajeros, las prestaciones de la Well Fargo Company Internacional, el Telégrafo, el Correo, las Publicaciones y la Prensa Escrita diaria.

El Concierto de la Orquesta Sinfónica de Camagüey en la Estación de Trenes de Sola(detrás), confirma que la cultura –como fue en el pasado- sigue viniendo por este lugar. El Concierto de la Orquesta Sinfónica de Camagüey en la Estación de Trenes de Sola(detrás), confirma que la cultura –como fue en el pasado- sigue viniendo por este lugar.

Presentación de la actividad a cargo de los instructores de arte Kenny Ortigas y Eduardo Miranda)

Beneficio inmenso por tratarse teóricamente de la única vía practica de enlace del poblado en el largo período referido (1919-1950), pues no sería hasta esta última década que se concluyera la carretera a Minas.

Tal era este panorama, que como ya se sabe en nuestro territorio la lucha de los campesinos de Cubitas durante la república, a diferencia de la luchas por la tierra que el campesinado llevaba a cabo en toda la isla, aquí la lucha fue por la construcción de caminos y carreteras para trasladar enfermos o sacar sus productos.

Por estas razones uno de los trenes que transitaban a diario, y hubo etapas de ocho itinerarios al día, el conocido en el imaginario de los “lugareños” como “El 31” ha marcado relevancia. Pues además de sus seis coches para pasajeros, era el único que contaba con vagón expreso para carga: mudadas, mercancías para los establecimientos, la correspondencia postal, los encargos y solicitudes de artículos domésticos o de trabajo, periódicos, revistas…El comercio necesitaba de él, la cultura llegaba por aquí, el pueblo dependía del mismo para la supervivencia y prosperidad en un sentido amplio e integral.

Niños del vecino poblado de La Gloria que nunca han viajado por ferrocarril esperan la llegada del tren en la Estación de Sola para su primer paseo durante la actividad cultural “Estación 31”. Noviembre 2013Niños del vecino poblado de La Gloria que nunca han viajado por ferrocarril esperan la llegada del tren en la Estación de Sola para su primer paseo durante la actividad cultural “Estación 31”. Noviembre 2013

Si todavía quedara alguna duda de lo que representó el ferrocarril y de la magnitud de su contribución a la existencia del poblado de Sola en su surgimiento, consolidación y desarrollo, mayormente en la etapa inicial pero aún hasta hoy, conozcamos su efecto en los lugares que no tuvieron esa suerte, con el vecino La Gloria:

“Les quedaba una última salida, una esperanza que salvara a la colonia: era la noticia de un ferrocarril que debía pasar por estas tierras y mucha seguridad de que fuera por La Gloria City… y de seguro que una línea de salida a Nuevitas y otra a Morón era el resurgimiento del lugar… El Coronel Tarafa prometió que el ferrocarril pasaría por La Gloria, y como era realmente el único punto importante en la zona, nosotros estábamos seguros de que así sería.

La colonia llegaba a un momento en que el ferrocarril nos salvaba o nos hundía. Y como en un salto ya estaba abierta la vía férrea ʅ a ocho kilómetros de aquí…

¡La tristeza que sentimos cuando el ferrocarril ya estaba concluido…

La desesperanza cayó sobre la colonia. La derrota encontraba en lo más profundo de los hombres. Golpeó con tanta fuerza como lo haría en la historia de este lugar Míster Charles Bullford… (3, ver pie de artículo). (Fotos: Autor)

Pie de artículo                   

 

1.“Jaime Sarusky Miller ʃPremio Nacional de Literatura 2004ʅ conserva un vago recuerdo de su infancia en el natal Florencia, de donde se marchó cuando tenía seis años, màs no olvida… que ver pasar el tren marcaba la vida del pueblo habitado por gente laboriosa y aislada, cuya generosidad era su mayor fuerza. En su memoria permanecen inalterables el olor de aquella tierra, la línea férrea, el ruido de los trenes cuando atravesaban las verdes montañas y hasta el uniforme impecable de los conductores a los que decía adiós al pasar las maquinas.

Su padre llegó desde Polonia en 1924 y trabajando en la reparación del Ferrocarril Norte de Cuba reunió centavo a centavo para hacer realidad su sueño de dedicarse al comercio, lo que hizo por algún tiempo en esa misma localidad.”

2- La mente infantil es elocuente y firme para los recuerdos de esa etapa por asociaciones de su propio imaginario: “La máquina que se mantenía en el `guay`(way) era la número 45, lo recuerdo porque nosotros le poníamos chapas de botellas en los rieles para que las aplastara”. Dicha máquina de vapor pertenecía al parque del central Florida. Testimonio de Aida Herrero Toscano, anciana de 76 años. Entrevista 16 de febrero de 2006.

 3- Enrique Cirules: Conversación con el último norteamericano. Editorial Arte y Literatura, La Habana,1978. Págs. 154,155 y 156.