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Esta expedición, la primera de nuestras guerras de independencia, había sido financiada mediante los aportes personales de los cubanos Martín Castillo y los hermanos Diego y Enrique Loynaz Arteaga, así como por la Junta Revolucionaria de La Habana y del Comité Revolucionario de Nueva York. Para la travesía emplearon la goleta de bandera inglesa Galvanic, dirigida entre otros por el general Manuel de Quesada Loynaz, quien la organizó y vino en ella como jefe de mar y tierra. La Galvanic era de gran calado y muy veloz, con mástiles de 90 pies y magníficas condiciones marineras, había sido buque de guerra de los confederados del sur durante la Guerra de Secesión de Norteamérica.

En ella vinieron además 62 expedicionarios (casi todos procedentes de La Habana), la mayoría se destacaban por su cultura y su vocación política, por lo que ocuparían posteriormente puestos en la dirección civil del movimiento, son los casos de Antonio Zambrana y Rafael Morales… Otros, entre ellos Julio Sanguily (luego mayor general del Ejército Libertador), José Payán (quien tendría importantes mandos en las fuerzas de Las Villas, se distinguirían como guerreros, junto a Juan Nepomuceno Boza Agramonte, este último uno de los patriotas exilados en Nassau, Las Bahamas e importante organizador de la carga expedicionaria, la que robusteció mucho, militar y moralmente a la lucha en el período inicial.

Por su parte, Manuel de Quesada, fue designado por la Asamblea de Guáimaro general en jefe del Ejército, pero luego sus diferencias con la Cámara de Representantes respecto a la forma del mando militar, junto al revés en la toma de Las Tunas catapultaron inicialmente su posterior destitución; sin embargo, la actuación militar de Quesada en Camagüey no dejaba dudas en cuanto a su capacidad militar, además no era un improvisado en el arte de la guerra, había ascendido en el Ejército mexicano hasta el grado de general de división, por haber combatido con valor y éxito al invasor francés.

General Manuel de Quesada Loynaz, “un camagüeyano de gallarda apostura y alma aventurera”, según el respetado historiador Fernando Portuondo del Prado.

Quesada contribuyó a la formación militar inicial de los cuadros revolucionarios camagüeyanos más destacados. Dedicó grandes esfuerzos a la organización del Ejército Mambí y, con preferente atención del Camagüey, estableció una fábrica de pólvora, armería, talleres de calzado, salinas, así como un sistema de aprovisionamiento para la tropa.

Pero volviendo al Galvanic, los expedicionarios habaneros habían sido trasladados desde La Habana a Nassau en el vapor Morro Castle, denunciada la expedición por el cónsul de España, se salvó del embargo al presentar Diego Loynaz, la fianza de $10 000 exigida. La Galvanic zarpó de Nueva Providencia el 21 de diciembre de 1868. Durante la travesía, en Green key, los expedicionarios se pusieron la ropa militar y los arreos de campaña; y llegaron a Estero Piloto, en la ensenada de La Guanaja, en la costa norte de Camagüey, el 27 de igual mes y año.

Bajo un temporal, cayó al agua un bote de salvamento con el nombre del buque y con una bandera cubana dentro, el que fue avistado por los torreros de faro de Maternillos el mismo día 27, los cuales dieron el aviso, por lo que se presentaron 2 cañoneras españolas en el lugar, las que se retiraron cuando se les hizo fuego con el cañón y los fusiles. Luego, los expedicionarios fueron apoyados en tierra por unos 130 patriotas salvándose así toda su carga. El buque se retiró hacia Nassau, adonde llegó sin problemas.

Tipo de goleta similar al Galvanic.

La exitosa primera misión del Galvanic lo puso nuevamente a la mar con igual propósito 22 días después, el 17 de enero de 1869. Esta segunda expedición llegó al embarcadero de La Piedra, en Cayo Romano, sitio geográfico también al norte de Camagüey, en dicha fecha.

De los 33 expedicionarios que venían desembarcaron solo 9, entre los cuales se encontraba Manuel Sanguily, pero no descargaron pertrechos, de los que traían buena carga, ya que durante el desembarco divisaron al vapor de guerra español Conde de Venadito, por lo que al regresar el bote que dejó en tierra a los primeros expedicionarios, lo izaron, se hicieron a la mar y trataron de alcanzar Cayo Lobo para escapar del buque español que los perseguía.

Al variar el viento y acercarse la nave enemiga, lanzaron al mar el armamento, izaron la bandera inglesa y maniobraron para escapar, pero los cañones de la nave peninsular averiaron su proa y fue apresado. Por su parte los expedicionarios desembarcados, ayudados por un vecino de la zona, al siguiente día se trasladaron en canoa hasta La Guanaja y se incorporaron a las fuerzas insurrectas días después.

Sin embargo, los patriotas capturados en la goleta fueron condenados a 8 años de prisión en la fortaleza de la Cabaña y los tripulantes fueron internados en el castillo de la Punta. La Galvanic fue conducida primero a Nuevitas y luego a La Habana, donde se le recortaron los mástiles, se le cambió el nombre, fue subastada y luego empleada como barco de cabotaje. Finalmente quedó destruida el 20 de octubre de 1926 durante un ciclón, mientras estaba atracada en el puerto de la capital.

Comúnmente solemos admirar más lo externo y hasta lo propio nuestro si es grande, o si lo reconocen muchos, pero ponemos menos atención en los sucesos que significan solo para el ámbito municipal , La Guanaja (a apenas 9 kilómetros del punto poblacional más próximo del municipio Sierra de Cubitas) fue el puerto principal de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe hasta bien entrado el siglo XIX , y esa condición la convirtió, por azar del destino, en un afortunado escenario de distintos sucesos históricos en diferentes épocas que nos relacionan, primero porque ocurrieron cuando formaba parte de nuestro territorio (bajo la jurisdicción del Partido de Cubitas) y segundo, porque aún hoy estamos en esa ruta. (Continuará…) (Fotos: Autor)

Fuentes:

-Diccionario Militar de Cuba. Primera Parte (1510-1898) Tomo III Expediciones navales.

-Periódico Granma, lunes 8 de febrero de 2016.