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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteBrasilia, 12 abr.- Unos seis mil nativos brasileños, acampados en esta capital desde el 4 de abril, marcharon este lunes contra la minería ilegal en sus territorios y la llamada agenda antiindígena del presidente de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.

Tal política está compuesta por el juicio del llamado hito temporal en el Supremo Tribunal Federal y los proyectos de ley que liberan la explotación de la tierra, la licencia ambiental y el uso de pesticidas.

La tesis analizada por el Supremo establece que los aborígenes solo pueden reclamar las posesiones que ocupaban antes de la promulgación de la Constitución de 1988, sin tener en cuenta a los grupos expulsados.

El fallo puede definir el curso de más de 300 procesos de demarcación de terrenos originarios abiertos en el país.

Durante la jornada, los indígenas recorrieron la Explanada de los Ministerios hasta llegar a la sede de la cartera de Minas y Energía.

Frente al edificio, utilizaron barro y pintura roja para representar la destrucción y muerte causadas por la minería.

Los manifestantes escribieron además, con arcilla, frases contrarias al gobierno de Bolsonaro y en la puerta se colocaron cajas que simbolizaban lingotes de oro, salpicados de sangre.

A lo largo de la marcha se exhibieron banderas brasileñas, manchadas con pintura roja para representar la muerte de las comunidades originarias y el retroceso en las políticas relacionadas con el medio ambiente.

La movilización se denomina Marcha contra el garimpo (minería ilegal) que mata y deforesta.

El proyecto aparece entre los objetivos de Ato pela Terra (Acto por la Tierra), manifestación de artistas liderada en marzo en Brasilia por el cantante y compositor Caetano Veloso, que denunció el «paquete de destrucción ambiental», propuesto por el Gobierno.

Según la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), los miles de nativos de 172 pueblos participan en la acampada Terra Libre 2022 (ATL), que debe permanecer instalada en esta capital hasta el 14 de abril.

La concentración es considerada la más grande del país y ocurre en el mismo período en que el Congreso Nacional debe votar textos como el proyecto de ley 191/2020, que autoriza la minería en tierras ancestrales.

A principios de marzo, la Cámara de Diputados aprobó la urgencia para votar el proyecto de ley.

Bolsonaro defiende el marco temporal, al alegar que muy pocos aborígenes viven en mucha tierra, lo cual bloquea la expansión agrícola.

De acuerdo con líderes nativos, si este argumento del hito transitorio no es revocado por la Corte Suprema, la falta de demarcación de tierras provocará, a mediano y largo plazo, un verdadero etnocidio y continuará el genocidio indígena en Brasil. (Cadenagramonte)