Foto: CadenagramonteEnero, 2020.- El 1ro de enero de 1959 el líder de la guerra libertaria contra la tiranía de Fulgencio Batista anunció el triunfo revolucionario desde los balcones del Ayuntamiento de Santiago de Cuba.
Al otro día Fidel y demás combatientes del Ejército Rebelde iniciaron un histórico recorrido hasta la capital habanera que recorrió por la carretera central ciudades y pueblos hasta hacer triunfal la entrada en la capital habanera.
Hoy a 61 años de este triunfo, todas las respuestas a estas interrogantes son palpables en la sociedad cubana, y los habitantes de este norteño municipio de Camagüey somos una muestra de ello.
Vivimos felices y orgullosos de la Revolución y trabajamos cada día para mantener vivo el legado del líder histórico Fidel Castro que junto al pueblo logró una sociedad más justa y equitativa para todos. En Cuba no hay desempleo.
Tenemos la garantía de atención médica gratuita a toda la población, esencia humanista y de justicia social que caracteriza al proceso revolucionario.
La atención primaria de salud, comprende desde servicios de promoción, prevención, curación y rehabilitación, así como la protección de grupos poblacionales específicos, a la familia y la comunidad y el medio.
La educación es un derecho y deber de todos. Eso significa la posibilidad de educación sin distinción de edades, sexo, raza y religión o lugar de residencia. Se ha alcanzado, de forma masiva, con equidad y calidad, el objetivo de la universalización de la enseñanza, inicialmente de la escuela primaria y posteriormente de la secundaria básica, correspondiente al nivel medio, así como el establecimiento de un sistema que abarca todos los tipos y niveles de educación para los niños, jóvenes y adultos, incluyendo a aquellos con limitaciones físicas o mentales.
También el sector campesino cubiteño muestra sus logros, comprometido con uno de los mayores desafíos de la economía cubana: "Lograr que la agricultura desarrolle todas sus potencialidades para el desarrollo de un socialismo próspero y sostenible. Llevar los alimentos a precios asequibles a la mesa de los cubanos y reducir los más de 2 millones de dólares que se invierten en importar alimentos actualmente es tarea priorizada de este sector.
Por estas razones el legado del invicto Comandante en Jefe es inmortal, sus enseñanzas perduran en las presentes generaciones y constituyen una certera guía para aquellas futuras que refrendarán la continuidad histórica de la Revolución y las importantes conquistas alcanzadas luego del triunfo del Primero de Enero de 1959.